El Madrid luchó contra los elementos en la batalla de El Pireo, incluyan ahí las lesiones que azotan a los pívots y un arbitraje más que casero (11 faltas más y 25 tiros libres menos), y aun así casi sale triunfador. Cayó en la prórroga, a la que llegó después de recortar 13 tantos (64-51) en los últimos siete minutos. Y lo hizo con la determinación y el acierto de Doncic (33 puntos, récord personal tras lidiar con el marcaje de Papanikolaou) y de un fantástico Carroll (24, incluido el triple que igualaba a 72 con 12 segundos en el reloj).

Y reaccionó también con Tavares de nuevo en pista, eliminado luego a un minuto del final por cinco personales. Como Thompkins previamente y como Reyes ya en el tiempo extra. Todo el juego interior madridista acabó descalificado por las faltas y Maciulis, pívot por obligación, sumó cuatro en doce minutos. Sin Ayón ni Randolph, que no tienen relevo en la plantilla, y ante semejante panorama, la presencia de Tavares resultó fundamental.

Cada vez que el de Cabo Verde se iba al banco acuciado por las faltas, el Madrid se desplomaba. Pasó en el primer periodo y se repitió en el tercero. Milutinov y McLean hicieron mucha pupa. Y al revés, su equipo se venía arriba con él en cancha por el equilibrio defensivo que proporcionaba, como en los arreones del segundo cuarto y del final. En el último ayudó una zona presionante que alteró el ritmo del Olympiacos.

El Real jugaba con cuatro exteriores y un hombre grande y se arreglaba como podía. Rudy y Radondic (y luego Taylor por el canterano) completaban el quinteto. En esos siete minutos vitales, Doncic y Carroll apilaron 16 puntos, ocho por barba. Más una canasta de Tavares y un triple de Rudy, que había sido castigado en el inicio del cuarto con tres tiros libres más una técnica.

Ya en el último minuto, Doncic puso el 72-69 y Carroll empató a 72 con un triple frontal tras finta después de errar en la acción previa e ir Taylor con todo al rebote. Printezis tuvo dos intentos desde la personal para sentenciar a cuatro segundos de la bocina, pero erró ambos. Laso quizá debió ordenar una falta rápida para jugársela en un último ataque dada la precaria situación.

La prórroga y el mal momento de los clubes españoles

En el tiempo extra, Strelnieks apareció y Printezis se desquitó con nueve de sus 21 tantos, siete seguidos para borrar la ventaja española (77-79) de un plumazo.

El Madrid mostró orgullo y talento, pero también ofreció fases desconcertantes. Lo mejor de la primera parte fue que llegara vivo al descanso tras seis minutos y pico dantescos. Sí, de los que dan espanto. En ese tramo falló todo lo que lanzó, incapaz además de forzar un solo tiro libre. Encajó un parcial de 14-0 que le situó doce abajo: 18-6 con Spanoulis de vuelta. Una carga que a la postre le condenó. Ninguna asistencia y 3 de valoración en ese primer acto.

Los blancos se ponen por primera vez en negativo: más derrotas (6) que victorias (5) en estas once primeras jornadas después de caer en seis de las siete últimas. Octavo clasificado y aún así el único español en puestos de playoff. Los cinco clubes ACB suman 35 derrotas en 55 partidos. Un horror en una Euroliga durísima.