JAZZ 112 - BLAZERS 103

Ricky (30), genial, gana el partido con 11 puntos en la prórroga

El español logró la segunda mejor anotación de su carrera para mantener a los Jazz invictos en casa. Gran partido del rookie Donovan Mitchell (28).

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Los Jazz siguen invictos en casa gracias a Ricky Rubio. El base rezuma confianza. Buena prueba de ello son los 21 puntos que anotó entre el último cuarto y la prórroga para un total de 30 (con 8/17 en tiros, 3/6 en triples), la segunda mejor anotación de su carrera en la NBA (su tope lo situó en 33 el pasado marzo con los Timberwolves). En apenas ocho partidos el español se ha metido a la afición de Salt Lake City en el bolsillo. Lo ha conseguido ofreciendo una versión desconocida de sí mismo. Algo intuíamos, pero costaba mucho imaginar esto. Que fuera capaz de decidir el encuentro ante un rival directo (los Blazers) en la batalla por entrar en los playoffs con 11 tantos sin fallo en los últimos 134 segundos del tiempo extra. Una exhibición que dio la victoria (112-103) a los Jazz en un encuentro en el que también explotó el rookie Donovan Mitchell (28+6+3 para el número 13 del último draft). 

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El renovado Ricky reparte menos asistencias (anoche solo entregó 1) que cuando estaba en Minnesota, pero mira el aro más que nunca y con los porcentajes de acierto más altos de su carrera. Tanto que es el líder anotador de su nuevo equipo con 17,5 tantos por noche y el que más lanza a canasta (12,9 de promedio). Ha asumido el reto de llevar la producción ofensiva de unos Jazz que tienen su punto fuerte en la defensa pero que no andan sobrados de puntos. En el último cuarto de un partido apretado que estuvo 14 veces igualado y en el que se produjeron hasta 17 cambios en el marcador, el español no se arrugó ante Damian Lillard (33+10+8). Utah no logró desconectar al base, pero sí a su socio de confianza. CJ McCollum (16 puntos pero tras un 6/20 en tiros) no estuvo cómodo sobre el parqué del Vivint Smart Home Arena. 

Una victoria de mucho mérito. Más aún si nos atenemos al 0/11 en tiros de Rodney Hood, el escolta llamado a capitanear la ofensiva de los Jazz. Ante el apagón de este, acudieron al rescate hombres como Thabo Sefolosha (15+9+2, 3 robos y defensa desde el banquillo) y Rudy Gobert (16+10), el hombre que forzó la prórroga convirtiendo primero en mate un rebote ofensivo y taponando después con las yemas de los dedos el tiro de Lillard en el último segundo. Pero sobre todo aparecieron Mitchell y Rubio. El novato continúa ofreciendo señales muy positivas. Fue él quien sostuvo a Utah hasta la estelar aparición de Ricky. Si se confirman las sensaciones de este inicio, ¡vaya pareja se han encontrado en Salt Lake City!

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Tras pasar desapercibido los tres primeros actos, el de El Masnou anunció su despegue con una bomba y un triple en transición. Después llegaría otro. Aunque lo mejor lo reservó para el tiempo extra. Pese a sus fallos en los instantes finales del último periodo, no dejó de atacar el aro y de forzar faltas. Por primera vez en mucho tiempo se le cómodo en ese rol. Acabó con un inmaculado 11/11 en tiros libres para ampliar su estadística a un 34/37 en lo que llevamos de campaña. Tal es su seguridad que a la salida de un bloqueo directo Lillard le dejó un metro. No se lo pensó y armó el brazo desde más allá del arco a 31 segundos del final. ¡Bingo! Así finiquitó la contienda alguien que ha adolecido de la fiabilidad necesaria en el lanzamiento. Por segunda vez en su carrera enlaza tres actuaciones seguidas de al menos 20 tantos. Con ustedes el nuevo Ricky Rubio. Que no pare la fiesta. Disfruten.