Golden State Warriors: lo creas o no, pueden ser todavía mejores
Después del 15-1 en playoffs y un título que borró los demonios de 2016, los Warriors han conseguido una rotación todavía más profunda.
GOLDEN STATE WARRIORS
Entrenador: Steve Kerr
Posible Quinteto: Stephen Curry, Klay Thompson, Kevin Durant, Draymond Green, Zaza Pachulia
Otros jugadores importantes: Andre Iguodala, Shaun Livingston, David West, Patrick McCaw, Nick Young, Omri Casspi, JaVale McGee.
Balance 2016-17: 67-15 (1º en el Oeste), campeón de la NBA.
Objetivo 2017-18: Revalidar título sí o sí.
¿Era posible mejorar a uno de los mejores equipos de la historia? ¿A uno que firmó el primer 15-1 en playoffs (en el actual formato) de la historia? ¿Uno que ha ganado más que nadie en tres Regular Season seguidas: 207 con un 84% de triunfos? Sí, era posible. En plena transición (culminará en 2019) hacia San Francisco y el lujoso Chase Center, los Warriors apuran estancia en Oakland henchidos de felicidad después de un verano sin más drama que los problemas con las redes sociales de Kevin Durant.
Stephen Curry, Kevin Durant, Andre Iguodala, Shaun Livingston… todos los que tenían que seguir siguen, gracias en parte a las concesiones económicas de Durant. Y el campeón no solo no ha perdido ninguna pieza y cuenta con un año ya de experiencia con el todopoderoso alero a bordo (él y Curry llegaron en su punto ideal de química a los playoffs), sino que además ha mejorado su rotación: se han ido Matt Barnes, Ian Clark y James Michael McAdoo y han llegado Omri Casspi, Nick Young y el rookie Jordan Bell, al que en la Bahía quieren convertir en la bestia defensiva que puede ser por facultades.
Kerr dijo en el media day que su equipo tiene que ser más preciso pasando la bola (pese a sus 30,4 de media: 5 asistencias más que cualquier otro en la última Regular Season), y sabe que el empacho y la complacencia pueden ser los mayores rivales por mucho que el Oeste se desboque en un rearme descomunal y LeBron y los Celtics asomen por el Este. Los Warriors, exorcizados los demonios de la fatídica Final de 2016, parten como escandalosamente claro favorito para el anillo y abren otro capítulo de un equipo que recordaremos siempre y en el que después del 73-9 y el 15-1 ya solo asoma una obsesión: convertirse en dinastía. Con el tercer título en cuatro años lo serían. Una de la mejores de siempre, de hecho.