LeBron estalla contra los que queman camisetas de jugadores
“Está alcanzando niveles ridículos. Y encima Isaiah fue traspasado, ¿qué no se puede entender de eso?”, dijo en defensa de Isaiah Thomas.
Isaiah Thomas fue traspasado a Cleveland Cavaliers en la operación Kyrie Irving y algunos aficionados de los Celtics se pusieron manos a la obra y quemaron sus camisetas del menudo base. Ya se ha convertido en una costumbre cansina y que produce muchas veces poco más que vergüenza ajena: las aficiones enfurecen cuando se va un gran jugador de su equipo y queman sus camisetas en una especie de ceremonia amplificada por las redes sociales.
El asunto, que de por sí no tiene mucho sentido, se entiende todavía menos cuando ese jugador no solo no ha decidido irse a jugar a otro sitio sino que ha sido traspasado dentro de una operación en la que no ha tenido ni voz ni voto. Ni que decir tiene que la mayoría de los aficionados del Garden adoran a Isaiah, recuerdan su excepcional pasada temporada y momentos tan increíbles como la entereza con la que siguió ayudando a su equipo en los playoffs a pesar de la trágica muerte de su hermana en accidente de tráfico.
El mismísimo LeBron James ha salido al paso. De hecho ya lo hizo cuando apoyó a un aficionado que hizo lo contrario en Twitter: colocar su camiseta de Kyrie ante la cámara y dejar a su lado una nota de agredecimiento.
El caso de Isaiah ha molestado especialmente a LeBron, que ya le tocó lo suyo en su Cleveland natal cuando anunció que se iba a Miami Heat. Y que ahora ha sido muy claro al referirse a esta situación y a la de Gordon Hayward, que eligió irse a los propios Celtics y vio como los aficionados de los Jazz también quemaban sus camisetas: “Lo de quemar camisetas está alcanzando niveles ridículos. Este jugador fue traspasado, ¿qué no se entiende de eso? Jugó un partido justo después de la trágica muerte de su hermana. ¿Y en el caso de Gordon Hayward? Decidió hacer lo que era mejor para él y su familia. Trabajó mucho, mejoró, se convirtió en all star… Si los jugadores no fueran buenos, los aficionados seríais los primeros en decir “que se vaya de aquí”. Pero cuando nosotros decidimos en función de lo que creemos que es mejor nos convertimos en “cobardes”, “traidores”… A veces es eso y a veces, cuando conviene, es solo un negocio… Tenemos que seguir haciendo lo que sintamos que es mejor para nosotros, nuestra profesión, nuestra familia y nuestra felicidad”.