El Estudiantes se aferra a la esperanza ante un gris Bilbao
Espectacular partido de Laprovittola, que con Simpson ha cambiado la cara al equipo colegial. Segunda victoria en diez partidos con mejoría defensiva y acierto en el tiro
El Movistar Estudiantes se aferra a la última esperanza. El equipo sí desplegó esta vez el lema 'Que no que no nos rendimos'. Es difícil pensar que bajen dos y aún más que lo hagan tres, pero al menos, le toca distanciarse del colista y soñar con escapar de esas tres últimas posiciones. Hoy se ha colocado a dos victorias del trío que le antecede y desempata con el colista Gipuzkoa. El equipo colegial se ha hecho un traje nuevo con Laprovittola (jugador en el radar del Bilbao el verano pasado) y Simpson, que da un punto más atlético en la pintura. Los dos contagian por su personalidad. El base argentino aporta lo que más falta hacía: una luz cuando se oscurece el juego. Al estilo de los grandes bases argentinos que han pasado por la ACB, le encanta coger el balón cuando está en fallas, cuando quema. Es bueno en el uno contra uno y su rango de tiro es amplio. Y Valdeolmillos aún se ilusiona con otro puñal exterior. Esta vez su equipo cerró bien en defensa y estuvo acertado en el tiro.
El Dominion ha perdido frescura. Va a menos. Quitando el espejismo de los cuartos de Copa, está atascado y por primera vez en la temporada siente que peligran los playoffs. El Estu llevaba un triunfo en ocho partidos y era cuestión de vida o muerte. No hacía más que jugar lejos: quitando la visita del Manresa, sumaba cuatro partidos fuera. Y así, recogido en el Barclaycard, regresó a su mejor versión para ganar por segunda vez este año a los pupilos de Sito Alonso. si en Miribilla fue a través de los chavales Jaime Fernández, Brizuela y Hernangómez, ahora tiene más repertorio, armas más variadas y sofisticadas.
Tras un nefasto primer periodo bilbaíno, los visitantes pensaban que lo mejor era el resultado (17-12). En condiciones normales, aquello podía estar medio ventilado. Bertans era el único argumento sólido, pero el equipo ya daba muestras de que algo no carbura., Venía de un palizón el Buesa, masticando la rabia, pero no se tradujo en esa fluidez del resto de la campaña. Todo se dacantó en el final del tercer cuarto y su prolongación en el definitivo. Un 8-0 (ya lo recibió en el primer período) desarticuló aún más al Dominion: 72-58. Los bilbaínos lograron mantenerse en el partido, incluso dominarlo por fases, hasta que Laprovittola cogió la batuta y, ante la falta de instinto defensivo de los bases rivales (Borg se desgastó en ello pero no pudo y desfiló por faltas) anudó el partido a su muñeca. Cada vez que amagaba con remontar el Dominion, se encontraba con el mazo del juez argentino. Ya lo dice el director deportivo del club colegial, Edu Pascual: los argentinos son gente de raza y casi nunca fallan. Con 3:44 y diez puntos de distancia, aún había algo de incertidumbre. Sito Alonso puso a Mumbrú en el todo o nada. Hannah robó un balón y se fue al contraataque, pero cometió dobles. Otro cuadro clínico de la impotencia e irregularidad de un equipo que ha dejado de ver el sol. Mientras, el Estudiantes empieza a creer en otra gesta.