EUROLIGA

La Euroliga reacciona tras el final del Darussafaka-Maccabi

Estudia enviar a la FIBA una propuesta para que los puntos conseguidos en la prórroga no tengan valor en las clasificaciones de los grupos. Baskonia consiguió así el pase en 2010.

AStv

La última jornada de esta primera fase será recordada, además de por la emoción vivida en muchos de los pabellones de toda Europa, por el esperpéntico desenlace ocurrido este jueves en Ankara durante el Darussafaka-Maccabi en el que unos querían perder y otros buscaban evitar la victoria para prolongar 5 minutos más el juego. El partido transcurría con normalidad hasta que ya cerca del último minuto y con empate a 65 en el marcador, el equipo israelí optó por errar a propósito cada tiro libre con la intención de forzar la prórroga y así aspirar a ganar el partido por una renta de al menos 11 puntos que le permitiría lograr el pase al Top-16 en detrimento de los turcos (quienes preferían perder el partido por una mínima ventaja antes que arriesgarse a caer por una mayor en el tiempo extra).

A raíz de estos acontecimientos, la Euroliga ha emitido en la tarde de este viernes un comunicado en el que recuerda que "todos los partidos organizados por la Euroleague Basketball se juegan bajo la normativa oficial de la FIBA". Así que, a raíz de los hechos expuestos en el anterior párrafo, este organismo se plantea presentar a la Comisión Técnica de la FIBA una propuesta a través de la cual se solicite que los puntos conseguidos en las distintas prórrogas que se disputen no se tengan en cuenta a la hora de determinar las clasificaciones finales de los distintos grupos. Antes de decidir si finalmente hace llegar esta petición, la Euroliga lo consultará con sus socios.

Precdente

El Baskonia logró en 2010 el pase a cuartos de final de la máxima competición continental gracias a la renta de 12 puntos que cosecharon en la prórroga del último partido del Top-16 ante el Cibona Zagreb. Marcelinho Huertas (hoy en los Lakers) falló el primer tiro libre, por lo que se vio obligado a anotar bajo toda presión el segundo (la jugada diseñada en el banquillo era justo la contraria) y forzar así antes el tiempo extra. El 102-90 final cosechado por los vitorianos dejó en nada el 98-83 con el que el Khimki derrotó al Olympiacos. Para meterse en la segunda ronda, los moscovitas debían ganar por 7 o más puntos que la diferencia lograda por el equipo que en aquel entonces dirigía Dusko Ivanovic. Una treta que, de prosperar esta posible propuesta, no hubiese tenido valor alguno.

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