LAKERS 113-BUCKS 95

El mejor Kobe Bryant de toda la temporada 'venga' a los Warriors

Gran partido de Kobe, que va a más igual que D'Angelo Russell. Y brillante victoria de los Lakers ante unos Bucks que fueron una caricatura del equipo que ganó a los Warriors.

Claro que si los Bucks acaban de ganar a los Warriors por 13 y los Lakers han ganado a los Bucks por 18, eso significaría que los Lakers ganar…”. ¡Ay!...

En fin, el Staples (en versión amarillo y púrpura, la primordial) vivió una noche feliz. Y conviene disfrutarla porque están muy caras: 4-21 ahora tras un inesperado pero inapelable 113-95 ante unos Bucks que volvieron a la tierra tras su histórico triunfo ante los Warriors. En realidad, el equipo de Jason Kidd lleva una temporada nefasta y, sin quitar mérito a su victoria, se limitó a remachar lo que el calendario (y Toronto, Indiana, Boston…) le había puesto en bandeja. En L.A. volvieron al mundo real, que para ellos pasa por un 10-16 tras otra derrota en la que no hubo rastro de su defensa de la temporada pasada y en el inicio de un viaje por el Oeste en el que vienen curvas: Clippers esta noche y visita a los Warriors el viernes en un partido con aroma a pequeña venganza y en el que, francamente, no conviene apostar demasiado dinero por estos Bucks. Y cuando digo demasiado digo ni un céntimo de euro.

Los Bucks, además, juegan sin los lesionados Bayless y Vasquez y con un backcourt por lo tanto mermadísimo. Con OJ Mayo y Middleton como extraña pareja y Carter-Williams cómodo en su rol de sexto hombre (19 puntos, 5 rebotes). Pero es que por dentro tampoco jugó Greg Monroe, uno de los héroes ante los Warriors, por molestias en la rodilla. Y los Bucks se quedaron en un poquito de Jabari Parker (todavía en el camino de regreso: 12 puntos) y algo más de Antetokounmpo (15 con 6 rebotes y 5 asistencias). En partido hasta el ecuador del segundo cuarto (40-40), después se les fue la noche de las manos ante una muy buena versión de los Lakers. Incluso teniendo en cuanto las limitaciones del rival. Y recuerdo Phildelphia…

Muy bien Kobe, muy bien D'Angelo

En el final del segundo cuarto los Lakers jugaron unos excelentes minutos que tuvieron proyección en el tercer parcial: de ese 40-40 a un 73-53 en apenas once minutos de un partido ya roto y en el que Kobe Bryant no jugó en el último cuarto. Kobe: un misterio que de repente juega menos (27 minutos) y juega mejor (22 puntos, 6 asistencias, 7/15 en tiros, 3/7 en triples). En sus últimos cinco partidos promedia 18,2 puntos, 5 rebotes y 4,2 asistencias. Por encima del 47% en tiros y con menos de 29 minutos en pista. En diciembre suma cinco noches con al menos 20 puntos después de haber llegado a esa cifra sólo una vez en todo su espantoso mes de noviembre. Este Kobe es un Kobe mucho más Kobe. Según él, porque las piernas han ido cogiendo ritmo y los movimientos fluyen con una naturalidad que se acerca algo más a la perfección estética de antaño. Y desde luego, algo de eso hay. Y según Byron Scott porque está aprendiendo a ceder terreno a los jóvenes, a encontrar definitivamente otra forma de liderar a su equipo en pista. Y también hay algo de eso en un Kobe que fuerza menos y fluye más con el ritmo del partido y no sólo con el suyo propio, hasta hace nada completamente descompasado. En el hachazo de los Lakers dejó triples (3+1 incluido), un canastón por encima del Antetokounmpo y un montón de buenos pases para canastas fáciles de sus compañeros. Francamente y para lo que podemos esperar a estas alturas, una maravilla.

Si la mejoría de Kobe es una buena noticia para su legado, al menos un pequeño asterisco en un pie de página, hay otra mucho mejor para los Lakers de hoy y sobre todo de mañana: D’Angelo Russell. El base rookie también ha dado un enorme paso adelante según ha ido avanzando la temporada y después de que algunos quisieran convertir en un fiasco exprés al número 2 del último draft, un jugador de todavía 19 años y que no tiene la explosividad física que parece obligatoria en la NBA actual pero sí un talento descomunal. En nuevos niveles de seguridad y confianza en su potencial (que, si cuaja, es ilimitado), jugó de maravilla ante los Bucks (19 puntos, 7/13 en tiros, 4 rebotes, 3 robos y su tope de asistencias: 7) porque está jugando de maravilla de un tiempo a esta parte: en los últimos cuatro partidos promedia 19,5 puntos y 5 asistencias por encima del 42% en tiros. Recuerdo: con 19 años y en plena marejada de la terrible crisis deportiva de los Lakers, el adiós de Kobe…

También Julius Randle, que ya ha dado suficientes pruebas de que parte del futuro de los Lakers pasa por él, jugó un muy buen partido: 14 puntos y 14 rebotes en menos de 25 minutos y después de algunas jornadas con problemas para adaptarse a su nuevo rol de suplente (las cosas de Byron Scott). Lou Williams anotó primero (16 puntos) y Nick Young después (3 triples y 10 puntos en 20 minutos) pero por fin no intentaron anotar los dos a la vez. Con eso y un buen partido de Jordan Clarkson (la tercera bala joven: 12 puntos y 6 rebotes) y ese extraño elemento llamado Roy Hibbert (12 puntos, 11 rebotes), los Lakers jugaron realmente bien ante un rival esta vez muy menor. Pero desde luego jugaron bien, con excelentes noticias de los jóvenes y grandes recuerdos de Kobe. Hoy por hoy, no se puede pedir mucho más.

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