Lillard y Aldridge, pirañas en el bidé de Marc y los Grizzlies

Esta es una eliminatoria extraña… y terriblemente igualada. Enfrenta a, por balance, dos de los ocho mejores equipos de la NBA. Dos que apuntaban muy alto en la lucha por el anillo… pero que se han desinflado en el segundo tramo de la temporada. Los Grizzlies llegaron a estar 41-14 pero cerraron curso con un 14-13 en 27 partidos. Los Blazers empezaron 30-8 pero acabaron con un 10-12 en los 22 partidos que jugaron sin Wesley Matthews, que se rompió el talón de Aquiles. Los dos llegan con dudas: Memphis es un gran equipo defensivo que ha caído en sus viejos pecados en ataque. Portland es un brillante equipo ofensivo que parecía haber arreglado sus problemas en defensa… hasta la lesión de Matthews, otra vez.

Los Grizzlies juegan playoffs por quinta temporada consecutiva y abren viaje ante un rival peligrosísimo, unos Blazers que ya el año pasado ganaron a Houston sin factor cancha y que tienen jugadores como Lillard o Aldridge que se mueven como pez en el agua en este primer nivel competitivo. Los de Marc Gasol deberían ser favoritos, y lo son. Pero llegan en un momento discreto, con Conley y Allen entre algodones y un ataque muy castigado por la mala racha de Lee y la irregularidad de Green en el tiro. Además, Randolph ha parecido cansado en el final de temporada. Pero…

…pero los Grizzlies son una máquina de competir con su grit and grind, un baloncesto de vieja escuela basado en el juego a partir de sus pívots y una defensa muy física que exprime los espacios y envía a los rivales contra esa muralla móvil que es Marc. Pero incluso en su mejor versión, los Grizzlies tendrían que extremar precauciones ante estos Blazers, un equipo con poco banquillo y una defensa que era la tercera mejor de la NBA con Matthews. Sin el escolta, el puzzle que conforma un quinteto de equilibrio perfecto (Lillard-Matthews-Batum-Aldridge-Lopez) queda inacabado y la rotación coja. Los de Oregon, en cuya pista es extremadamente difícil ganar en playoffs, no están en su mejor momento. Memphis tampoco. Así que la supervivencia jugará un papel importante. Siempre así en el camino hacia el anillo.