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SALTAR EL CHARCO

Gentile, Kaun, Hezonja... ¿Se acerca otro éxodo europeo?

El italiano se irá a los Rockets tal y como ha asegurado su compañero en Milán, Daniel Hackett. Kaun ha asegurado que quiere intentarlo en la NBA y podría irse a los Cavs.

Gentile, Kaun, Hezonja... ¿Se acerca otro éxodo europeo?
TOLGA BOZOGLUEFE

Alessandro Gentile (22 años) es una de las grandes promesas del baloncesto europeo. En el pasado draft de la NBA recibió una de las últimas elecciones, un número 53 de los Timberwolves que se fue en la misma noche del draft a Houston Rockets. En la Euroliga promedia algo más de 13 puntos por partido en la que podría ser su última temporada en el Viejo continente. Porque Gentile, al que intentó fichar el Barcelona cuando anunció Papanikolaou su marcha a la NBA, habría decidido irse ya el próximo verano a Texas. Así lo ha asegurado al menos su compañero en el Olimpia Milán Daniel Hackett, el base estadounidense que juega en la selección italiana: “Habrá un quinto italiano en la NBA y va a ser Gentile. Se va en verano a Houston”, aseguró Hackett en una entrevista con SkySport. El problema para Gentile sería que no tiene cláusula de salida NBA en el contrato que firmó con el Milán, una renovación millonaria por tres temporadas.

Esta noticia coincide con otra que llega desde Rusia: Sasha Kaun (29 años) también estaría interesado en cruzar el charco el próximo verano y jugar en la NBA 2015-16. El pívot ruso fue elegido con el número 56 en el draft de 2008. Sus derechos, originalmente de Seattle Supersonics, pertenecen ahora a Cleveland Cavaliers, donde Kaun trabajaría a las órdenes de David Blatt. Desde Ohio por ahora no se pronuncian acerca del futuro del que está siendo uno de los interiores más dominantes de la actual Euroliga: 9,9 puntos, 4,6 rebotes y 13,4 de valoración por partido.

Kaun y Gentile podrían ser de de los mascarones de proa de un nuevo éxodo de jugadores europeos a la NBA, un proceso que ha crecido de forma exponencial en las últimas temporadas y que ha terminado por ser un serio problema para las competiciones continentales, que cuentan cada vez con menos estrellas y con menos referentes con los que puedan identificarse los seguidores. De cara al próximo draft sin ir más lejos deberían estar entre las quince primeras elecciones, en muchas cuentas aparecen en el top-ten, dos jóvenes valores que se están curtiendo en la ACB: Mario Hezonja y Kristaps Porzingis.

Hezonja acaba de cumplir 20 años y es uno de los jóvenes del Barcelona que podrían irse ya el próximo verano a Estados Unidos. La situación del club azulgrana es especialmente delicadaza y un buen ejemplo de cómo afecta a los clubes europeos ese cada vez más masivo y más temprano éxodo de talento. Sería difícil que Hezonja no saliera si sale elegido entre los cinco o seis primeros del draft. A partir de ahí, su cláusula y las inferiores cifras de los contratos en la escala rookie de la NBA le podrían hacer seguir alguna temporada más en el Palau. Pero es que también pueden estar a uno o dos años vista de su marcha a la NBA otros jóvenes valores del equipo azulgrana como Tomas Satoransky (número 32 del draft de 2012: Washington Wizards) y Álex Abrines (número 32 del draft de 2013: Oklahoma City Thunder). O incluso Marko Todorovic, cedido esta temporada en el Bilbao Basket y al que Portland Trail Blazers dio el número 45 en 2013. Sus derechos pertenecen ahora a Houston Rockets, una de las franquicias que más atenta está a todo lo que se cuece en Europa. Hace un año se llevó del Barcelona a Papanikolaou y a Dorsey tiene drafteado también los derechos de Sergio Llull, originalmente de Denver Nuggets (número 34 en 2009).

Ahí no acaban los problemas del Barcelona con la NBA: Utah Jazz tiene los derechos tanto de Ante Tomic (número 44 en 2008) como de Tiber Pleiss (31 en 2010). El croata, seguramente el mejor pívot ofensivo de toda Europa, se plantea dar un salto a la NBA que está ahora nunca había sentido demasiado cercano mientras negocia un posible nuevo contrato con el Barcelona. Pleiss también tiene en mente cambiar de aires en un plazo máximo de dos temporadas. Un ejemplo de que para los equipos, especialmente para los poderosos, cada vez es más difícil enhebrar proyectos con continuidad.