Rose y las críticas: "No puedo enfadarme por ellas"

La situación de Derrick Rose siempre va a ser mirada con lupa. Cada vez que el base se pierda un partido por algún tipo de molestia o, simplemente, por descanso, se escuchará un run-run de fondo sobre su condición física, sobre si volverá a ser de nuevo el que era antes, si será aquel jugador de fantasía, atlético y sin complejos, que impactó a una NBA que le concedió su galardón individual más importante (junto al de las Finales) cuando sólo tenía 22 años y 6 meses: el MVP de la temporada regular, el más joven en conseguirlo en la historia de la Liga.

Y ese aire viciado surgió de nuevo con su ausencia ante los Timberwolves y los Magic, después de torcerse el tobillo en el segundo partido de la temporada contra los Cleveland Cavaliers. "Si no estoy al 100% ni puedo jugar a mi manera habitual, ahora mismo no tengo necesidad de estar en pista", comentó Rose, medalla de oro en la Copa del Mundo en España con los Estados Unidos.

Su baja y sus comentarios hicieron saltar a sus críticos. Lobos feroces como Rick Telander del Chicago Sun-Times. En una columna, el periodista se pregunta que conociendo su debilidad física (recordemos sus dos graves lesiones) por qué Rose no cambiaba su forma de juego, de penetrar a canasta.

Pero el '1' de los Bulls no presta "atención a nada de eso". "Siempre va a estar ahí. Incluso si consigo estar sano toda la temporada, las dudas volverán antes del primer partido de Playoffs. Dirán ‘Ok, esto es otra cosa, ¿estará al cien por cien en Playoffs?’. Si juego bien todo el año y no me lesiono de nuevo, la temporada que viene volverá a ocurrir lo mismo. No puedo enfadarme por ello", dijo después del encuentro ante los Milwaukee Bucks.

En ese duelo Rose disputó 31 minutos. Tiempo inferior al que estuvieron en pista Gibson (44), Butler (41) y Gasol (37). El base lleva disputados esta temporada 78 minutos de 240 posibles, es decir, un 32,5%. Estas cifras no son un drama, pero son sintomáticas de que aún existe miedo de perder nuevamente a un jugador que firmó un contrato de 94 millones por cinco años.