ENCUESTA DEL EQUIPO DE NBA.ES
Kevin Durant, indiscutible MVP de la temporada para NBA.es
Acabada la Liga Regular, es el momento de elegir a los mejores jugadores del año. Noah, Carter-Williams o Popovich son algunos de los otros nombres que pisan fuerte.
Acabada la temporada es el momento de las valoraciones de la misma, así como de la concesión de los distintos premios individuales, los cuales se irán conociendo en los próximos días. Desde NBA.es, la página web oficial en España, hemos seleccionado a nuestros favoritos para cada galardón. Lo de Durant como MVP es indiscutible, para el resto siempre hay controversias y distintas opiniones.
MVP
Iñako Díaz-Guerra: Kevin Durant. El mejor jugador de la NBA es LeBron James, pero mientras él ha racionado esfuerzos, Durant se ha convertido en la máquina anotadora perfecta y ha tenido que soportar todo el peso del ataque de los Thunder durante las lesiones de Westbrook. Toca cambio de rey, aunque sea momentáneo.
Juanma Rubio: Kevin Durant. Como se lo reconoció públicamente LeBron James, poco podemos añadir los demás. De sus trances anotadores ya está todo dicho: cualquier tiro en un radio de ocho metros del aro es casi como una bandeja para él. Un dato de la medida de cuánto sigue creciendo como jugador integral: este año ha llegado también a su tope de asistencias con 5'5 por partido.
Nacho Albarrán: Kevin Durant. Al margen de esos 41 partidos consecutivos en los que anotó 25 o más puntos, superando la marca de 40 del gran Michael Jordan, KD asombra por su juego elegante y su capacidad de inclinar la balanza a favor de los Thunder. Promedia 32 tantos, 7,4 rebotes y 5,5 asistencias. Que no sea MVP es impensable, porque nadie se acerca a su actual nivel y a su regularidad inquebrantable, ni LeBron.
José Ignacio Pinilla: Kevin Durant. Esta temporada no hay discusión. Durant lo ha hecho todo y más para alcanzar, por fin, el premio y dejar de lado ese complejo de segundón que le había impuesto el insultante dominio que LeBron había ejercido los últimos años. Máximo anotador de la Liga, batió al propio Jordan y guió a un equipo sin Westbrook a la segunda posición de la poderosa Conferencia Oeste… Todo eso, con una sonrisa.
Abraham Romero: Kevin Durant. Cuatro puntos por partido más que el segundo máximo anotador. Poco más que añadir. No hay discusión posible.
Manuel de la Torre: Kevin Durant. Simplemente imparable. Su sola presencia hace de los Thunder uno de los mejores equipos de la NBA. Sigue superándose año tras año.
NOVATO DEL AÑO
Iñako Díaz-Guerra: Victor Oladipo. Por muy buenos números que haya hecho Carter-Williams, me niego a premiar al base titular de un equipo que ha perdido 26 partidos seguidos y se ha alegrado con ello. No es que los Magic hayan sido mucho mejores, pero al menos han competido y en Oladipo tienen un jugador con potencial para ser muy importante en ataque y defensa y como base y escolta en cuanto su cabeza coja el ritmo de sus piernas.
Juanma Rubio: Michael Carter-Williams. Desde luego no ha sido un curso rookie para tirar cohetes. Y creo que Oladipo, o incluso Burke, serán mejores en el medio y largo plazo. Pero este premio es para Carter-Williams: tres veces Rookie del Mes, mejor novato en puntos, rebotes, asistencias y robos. Estadísticamente, no hay discusión.
Nacho Albarrán: Michael Carter-Williams. Pese a su gran renidimiento no ha podido evitar la pésima campaña de los Sixers, pero comenzó la Liga como un tiro y ha demostrado que puede ser un jugador importante en la NBA.
José Ignacio Pinilla: Michael Carter-Williams. Lo único positivo en la mala temporada de los Sixers. Sus 16 puntos y seis asistencias de media por partido no avalan en su totalidad a un jugador, pero aderezan lo que se ve en la pista: gran capacidad atlética, facilidad para anotar y lo que es más importante la posibilidad real de conducir y liderar un equipo en transición.
Abraham Romero: Michael Carter-Williams. A pesar de la paupérrima temporada de los Sixers, de su 25% en triples y del buen final de Dieng y Plumlee, ha sido el mejor de una camada ‘rookie’ bastante regular.
Manuel de la Torre: Michael Carter-Williams. En una promoción huérfana de grandes figuras, el base de los Sixers se ha destapado como uno de los pocos sobre los que poder construir los cimientos de una franquicia. La pobre temporada de su equipo deber servirle para hacerle mejor mentalmente.
JUGADOR MÁS MEJORADO
Iñako Díaz-Guerra: Goran Dragic. Que los Suns hayan estado a punto de entrar en playoffs en el todopoderoso Oeste con el Plumlee malo (¿menos bueno?) de titular sólo se entiende con el megasalto de su base esloveno de digno titular a estrella, quizás la omisión más injusta en el All-Star. Si no es flor de un día (no parece) su pareja con Bledsoe exige conectar el League Pass cada vez que juega Phoenix.
Juanma Rubio: Anthony Davis. El premio con el que siempre hay más debate y en el que casi nunca se premia al jugador con más equiparación de súper clase porque se da casi por hecho su crecimiento exponencial. Sabíamos que Anthony Davis iba a ser un jugador dominante de la Liga para muchos años, pero no que en su segunda temporada iba a ser ya uno de los mejores jugadores de la NBA en los dos lados de la pista. Con mejor ratio que el LeBron de 20-21 años. Ha subido medias de su primera temporada a la segunda de 13'5 a 21'1 puntos, de 8'2 a 10'2 rebotes, de 1'8 a 2'8 tapones, de ningún partido de al menos 30 puntos a 9, de 10 de al menos 20 a 39… ¿Lo merecían Dragic o Stephenson? Sí ¿Y Gerald Green? Por supuesto. Pero se lo doy a Davis.
Nacho Albarrán: Serge Ibaka. El pívot de la Selección ha estrenado su contrato millonario en el los Thunder con un temporadón. Firma la mejor media de su carrera en puntos (15,1) y en rebotes (8,8); ha aumentado su conocimiento del juego y pasa mejor; y ha mantenido su nivel defensivo quedándose a un paso de volver a liderar la tabla de taponadores (2,7).
José Ignacio Pinilla: Joakim Noah. El francés era una máquina las pasadas campañas. Fuerte, agresivo, intenso…, pero lo de este año ha sido bestial. Liderar y conducir a estos Bulls al cuarto puesto del Este, sin Rose y sin Deng, es de sobresaliente, pero hacerlo destacando en apartados tan lejanos a un pívot como las asistencias demuestran la categoría y la mejoría del francés.
Abraham Romero: DeMarcus Cousins. Ya es una realidad, protesta menos y juega más. Quinto de la liga en Eficiencia, sólo detrás de Durant, LeBron, Love y Davis. De 17-10 a 22,-12 en un año. Y asistiendo.
Manuel de la Torre: Lance Stephenson. El premio que más controversia genera temporada tras temporada. Pero este curso, y pese al severo bajón de los Pacers en los dos últimos meses, Stephenson es justo merecedor de este galardón. Ha mejorado sus registros en puntos, rebotes, asistencias y en porcentajes en tiros de campo, triple y libres. Líder del curso en triples-dobles (en sus tres primeras temporadas logró dos dobles-dobles). Poco más que decir.
SEXTO HOMBRE
Iñako Díaz-Guerra: Taj Gibson. Ya era un gran defensor y ha dado el salto a más que decente anotador. Todo en esta temporada de los Bulls, sin Rose, con el traspaso de Deng y Boozer en picado, es un ejemplo. Y si Noah ha sido el héroe del milagro, Gibson es su mejor escudero. Boozer se ha quejado de jugar pocos minutos. Viendo a Gibson, juega demasiados.
Juanma Rubio: Taj Gibson. Lo que han hecho los Bulls merece premios. Y sólo Gibson o Markieff Morris han retado a sospechosos habituales como Ginóbili o Jamaal Crawford. Pero la incidencia de Gibson en el juego de los Bulls es descomunal. Cada vez más pulido en ataque, de cara y de espaldas al aro, es un ‘power forward’ de hierro que cada vez anota con más recursos y que sigue ampliando su increíble rango defensivo, poderoso y flexible tanto para contener a exteriores como para sellar el juego por encima del aro. Uno de esos jugadores que siempre tendría en mi equipo.
Nacho Albarrán: Vince Carter. Por este tipo de jugadores uno no tiene más remedio que tener debilidad. Con 37 años se las ingenia para ser imporante en los Mavs desde el banquillo. Los números cantan: 11,9 puntos, 3,5 rebotes y 2,6 asistencias, más algunos highlights en los que recordó al gran Carter de principio de siglo. Y encima sólo se ha perdido uno de los 82 partidos de su equipo jugando 24,4 minutos de media.
José Ignacio Pinilla: D. J. Augustin. Thibodeau rescató a un jugador que tenía más pinta de ex que de profesional tras su salida por la puerta de atrás de los Raptors. Suplente de Hinrich durante toda la temporada, su salida desde el banquillo daba mayor fluidez al ataque de los Bulls y ha logrado que la trágica ausencia de Rose, sea un poco olvidada por los aficionados de Chicago.
Abraham Romero: Markieff Morris. Ha hecho más dobles-dobles que ningún suplente. Estrella desde el banquillo en un equipo que iba a ‘tankear’.
Manuel de la Torre: Manu Ginóbili. Rompo una lanza a favor de un jugador al que mucho dieron por acabado tras las últimas finales. ‘Manudona’ sigue siendo una pieza fundamental en la maquinaria de los Spurs, el equipo con mejor récord de la Liga. Irremplazable.
DEFENSOR DEL AÑO
Iñako Díaz-Guerra: Joakim Noah. En Navidad parecía imposible que Hibbert perdiera este premio, pero su hundimiento coincidió con la explosión de unos Bulls en los que todo nace desde la defensa y desde Noah. Increíble temporada del francés en ambas zonas.
Juanma Rubio: Joakim Noah. Este febrero este premio parecía aún más cantado que el de Durant, pero el bajón de Indiana con un notable hundimiento de un Hibbert melancólico ha aupado al monstruo antes conocido como Joakim Noah. En nivel de aspirante a MVP y como profeta de Thibodeau en el milagro constante de los Bulls, Noah ha expandido su estilo defensivo en una línea más inteligente y madura, haciendo cada vez más de ancla al estilo del último Garnett. Junto a Gibson, una pareja demoledora para cualquier rival con cualquier estilo de juego.
Nacho Albarrán: Anthony Davis. Por qué no. Es el mejor taponador de la Liga por delante de Ibaka (2,8). Cerca del aro es letal para los atacantes. En ese territorio sólo permite 3,2 tiros por partido a sus oponentes, según las estadísticas avanzadas de la NBA, y un 48,9% de acierto. Esos brazos tan largos y su movilidad se le atragantan a cualquiera.
José Ignacio Pinilla: Serge Ibaka. Su impacto defensivo es un escándalo. Ha logrado la friolera de 213 tapones esta temporada (2,7 por partido) y recibe sólo 4,2 puntos por los 9,2 tiros que permite que haga su atacante. Además, su habilidad y su agilidad le permiten llegar donde jugadores más resultones a la hora de defender no pueden llegar.
Abraham Romero: Joakim Noah. Podría ser ALL-NBA, ‘Jugador más mejorado’ y todo lo que quiera. El último mes y medio de los Pacers le hace superar a Paul George.
Manuel de la Torre: Joakim Noah. Hasta hace dos meses, Hibbert merecía este galardón, pero resulta imposible obviar el temporadón del ‘center’ francés. Auténtico buque insignia de este milagro que son los Bulls.
MEJOR ENTRENADOR
Iñako Díaz-Guerra: Gregg Popovich. Dudé mucho con Thibodeau, pero, seamos serios, lo de Pop no tiene comparación. Juega en otra liga. Y los Spurs, tantas veces dados por muerto, han vuelto a ser los mejores.
Juanma Rubio: Gregg Povovich. Uno de los mejores entrenadores de la historia se merece un tercer galardón para hacer algo más de justicia a su increíble trayectoria. Los Spurs han alargado un año más su increíble guerra contra el tiempo con la mejor marca de la temporada y la mejor racha, 19 triunfos seguidos (con siete líderes de anotación distintos durante ellos) en los que lideraron la Liga en prácticamente cualquier apartado estadístico. Y lo mejor: ningún jugador de la plantilla ha superado los 30 minutos de media en cancha. Puro Popovich. También lo merecían Thibodeau, Hornacek, Casey, Clifford…
Nacho Albarrán: Steve Clifford. No tiene tanto nombre como Popovich o Thibodeau, pero ha metido en playoffs al peor equipo de la pasada temporada, los Charlotte Bobcats, para algarabía de su jefe, Michael Jordan, que dice que disfruta mucho viendo jugar a su equipo. Por desgracia le toca bailar con la más fea del Este en los playoffs, Miami Heat, pero que le quiten lo bailao. Algo habrá tenido que ver en el aumento de las prestaciones de Al Jefferson; en el liderazgo de Kemba Walker; en el paso al frente de McRoberts; y en la mejoría a Jeffrey Taylor.
José Ignacio Pinilla: Tom Thibodeau. Soberbio, a su lado Popovich es una imitación de entrenador made in China. Pop tiene a Duncan, Parker, Ginóbilli, Leonard…, y ¿a quién tiene el pobre Thibs? Por no tener, no tiene ni voz. Ha llevado a jugadores como Noah, Augustin, Buttler o Gibson, a una dimensión que nadie esperaba, y ningún equipo quiere enfrentarse a la defensa asfixiante de Thibodeau, sino que se lo pregunten a Kidd y sus Nets. Seamos honestos, el alumno ya ha superado al maestro.
Abraham Romero: Gregg Popovich. Da la sensación de que podría hacer All-Star a cualquier jugador. Juega a ser Dios con su plantilla y lo consigue.
Manuel de la Torre: Gregg Popovich. Tras el adiós de Phil Jackson se convirtió, sin duda, en el mejor técnico de la Liga. Dirige con maestría y sabiduría un equipo que pase lo que pase, ya es leyenda y, en gran parte, gracias a él.
ALL-NBA
Iñako Díaz-Guerra: Chris Paul, James Harden, Kevin Durant, LeBron James y Joakim Noah.
Nacho Albarrán: Chris Paul, James Harden, Kevin Durant, LeBron James y DeMarcus Cousins.
José Ignacio Pinilla: Chris Paul, James Harden, Kevin Durant, LeBron James y Blake Griffin.
Abraham Romero: Chris Paul, Stephen Curry, Kevin Durant, LeBron James y Tim Duncan.
Manuel de la Torre: Chris Paul, Stephen Curry, Kevin Durant, LeBron James y Joakim Noah.