A JR Smith su última extravagancia le ha costado 50.000 dólares. Esa es la multa que le ha impuesto la NBA después de que fuera sorprendido en dos partidos seguidos intentando soltar los cordones de jugadores rivales. Primero fue Shawn Marion y después Greg Monroe.

Y, claro, los Knicks se han hartado de él. Primero fue su técnico, Mike Woodson, el que cuestionó su profesionalidad de forma pública. Ahora ya circula por los mentideros de la liga que su equipo quiere deshacerse de él. Las aguas no han bajado tranquilas en toda la temporada en la 'Gran Manzana'. Y lo que menos necesitan los Knicks son las salidas de tiesto de un jugador que parece incapaz de permanecer centrado durante períodos sostenidos de tiempo y que acumula ya un notable historial de suspensines y multas.

Sin embargo, no parece muy probable que el escolta salga de forma inminente de los Knicks. Su valor de mercado está bajo mínimos toda vez que aunque su calidad está fuera de cualquier duda, cualquier franquicia sabe que estaría metiendo una potencial bomba de relojería en su vestuario. Smith tiene además esta temporada y otra garantizada además de una opción de renovación que él podrá aplicar en la siguiente. En total, más de 17 millones de dólares que también frenan al que pudiera plantearse la operación.