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RESUMEN DE LA JORNADA

Ricky gana ante Calderón y los Lakers pierden a Ron Artest

Los Wolves se merendaron a los Pistons con un contundente 82-105. El duelo anotador de los españoles se saldó con un empate a 14 puntos. Artest se pierde el resto de campaña.

Ricky Rubio.

Parece que la Rueda de la Fortuna se ha hartado de girar a favor de los Lakers… y esta temporada hubiera invertido los términos y las marchas. Los Lakers, que juegan hoy un partido vital en Minneapolis ante los Timberwolves, conocieron ayer que probablemente no cuenten con Metta World Peace, el ex Ron Artest, para el resto de la temporada: dependerá de hasta dónde lleguen en los playoffs… si es que llegan. El tirón en la rodilla izquierda que MWP-Artest sufrió en la infamante derrota de los Lakers en Oakland, en la noche del lunes, fue diagnosticado, ya con el equipo en Minneapolis, como un desgarro del menisco. El jugador fue enviado a Los Angeles para recibir una exploración a fondo de parte del doctor Steve Lombardo, pero todo hace indicar que la Liga ha terminado para él… siempre sin hablar de los playoffs. En Minneapolis y ante los Wolves, Jodie Meeks saldrá en el lugar de MWP-Artest. Frente a los Timberwolves, los Lakers exhiben una racha de 21 triunfos en serie… que está hoy en grave peligro, tratándose de los actuales Lakers.

Si el club de L. A. no alcanza los playoffs, crecen las especulaciones de que las oficinas de los Lakers decreten la ‘amnistía’ de uno de sus contratos más altos para ahorrarse un impuesto de lujo (‘luxury tax’) que puede cifrarse entre 65 y 70 millones de dólares. La razón de esta ‘amnistía’ (que pondría en el mercado al jugador elegido) sería salvar fondos para extender un nuevo contrato a Dwight Howard. Si se descarta a Kobe Bryant de ser ‘amnistiado’, casi todas las papeletas para esa decisión tienen el nombre y el contrato de Pau Gasol. Se trata de una decisión que vale 65-70 millones de dólares…

Y los Lakers (36-35), siempre en el eje de los conflictos, necesitan más que nunca la victoria en Minneapolis, después de que los Mavericks apretaran aún más la lucha en la frontera de los playoffs del Oeste al batir en Dallas a los Clippers por 109-102. Fue después de una prórroga a la que se llegó con el empate a 97 sellado por un tirito de O. J. Mayo a nueve décimas del minuto 48. Los Clippers perdían por 50-48 en el descanso, pero vencían por 80-87 a 6:37 del fin del tiempo reglamentario. Lanzados por Mike James (diez puntos, seis asistencias) y -esencialmente- por el eterno Dirk Nowitzki, los Mavs combatieron hasta ese tiro de Mayo, después de que diez puntos seguidos de Chris Paul (33 puntos, seis rebotes, cinco asistencias) hubiesen impuesto el 95-97 para Clippers, con un tiro final que parecía la puntilla, a 5,9 de la sirena.

Pero Mayo conectó el 97-97… y la prórroga perteneció a un desencadenado Nowitzki, que anotó en ese tiempo suplementario ocho de sus 33 puntos, mientras Blake Griffin y Caron Butler se frenaban en 14 puntos para los Clippers. Así, dos tercios de los puntos de los Mavericks en la prórroga pertenecieron a Nowitzki, que adicionó nueve rebotes en un triunfo que coloca a los Mavs en balance de 35-36, empatados totalmente con Utah Jazz en la novena plaza del Oeste. Pero los Lakers tienen perdido el empate particular con Utah… y el 2 de abril juegan con Dallas un partido crucial para decidir la ventaja en un eventual empate Lakers-Mavs. Mientras, y desde su inicio de curso en 24-3 (17 victorias consecutivas), los Clippers arrojan un balance de 24-20, lo que les coloca cuartos del Oeste (48-23)… un solo triunfo por delante de los Grizzlies, quintos con 47-23.

En el Palace de Auburn Hills (Michigan) y ante 16.877 espectadores, los Minnesota Timberwolves se superaron a sí mismos en la víspera de recibir a los Lakers… y se recetaron un banquete de triples ante los Detroit Pistons. Los Wolves se merendaron a los Pistons con un 82-105 basado en el espectacular 53,8% de aciertos en tiros de tres (14/26). Eso, cuando Minnesota llegaba al cavernoso Palace con el peor porcentaje de triples en esta Liga: 29%. Los Wolves vencían por 38-44 en el descanso y sentenciaron la noche con el 16-38 del tercer cuarto, guiados por 21 puntos de J. J. Barea: 5/7 en triples. “La mayor parte de esos triples no se contestaron. No defendimos a nadie ni a nada”, se quejó Lawrence Frank, entrenador de unos Pistons a los que sólo quedan diez partidos de trámite para irse de vacaciones. No pueden plantearse mucho más con un balance de 24-48 y penúltimos de la Central Division. En sus 32:17 en pista, José Manuel Calderón aportó 14 puntos a los Pistons (5/9 en tiros, 2/2 en triples), pero sólo añadió una asistencia y un rebote. Greg Monroe colaboró lo que pudo (once puntos y doce rebotes) con unos Pistons que también esperan recuperar a Will Bynum y Andre Drummond antes de que la Liga concluya.

En 27:28 en pista y enfrentado mayormente a Calderón, Ricky Rubio produjo para los Wolves 14 puntos (6/9 en tiros, 2/2 en triples) cuatro rebotes y nueve asistencias. “Se disfruta de un partido como este. Si entra el tiro exterior, todo es nás fácil”, observó Rubio. Nikola Pekovic contribuyó con 18 puntos y once rebotes a este éxito de unos Timberwolves que, para preocupación de los Lakers, ya han recuperado a Andrei Kirilenko y Chase Budinger, quienes anotaron en Auburn Hills, nueve y siete puntos, respectivamente. Por contra, Kevin Love será sometido a un examen radiológico en la mano fracturada para saber si puede reaparecer (o no) antes de final de campaña. Lo lógico será que Love ya no juegue más hasta el otoño próximo.

Y en Boston, los Knicks, ya líderes de la Atlantic Division, se alzaron al segundo puesto de la Conferencia Este en balance de 43-26, después de su quinto triunfo consecutivo: 85-100 ante unos Celtics privados de Kevin Garnett para las dos próximas semanas. Al igual que Garnett, Courtney Lee también tiene problemas de tobillo y eso dio a Jordan Crawford (14 puntos, seis asistencias) su primera titularidad como ‘celt’. Siempre privados de sus dos hombres altos estelares, Chandler y Stoudemire, la artillería pesada de los Knicks descansó sobre 32 puntos de J. R. Smith (13/24 en tiros) y 29 de Melo Anthony (10/30). Además, la defensa de los Knickerbockers generó 20 pérdidas de balón a los Celtics, por sólo ocho del club neyorquino: los Knicks son el equipo que menos balones pierde en la NBA. Esta vez también dominaron (por la mínima) en rebotes. 40-41.

Con 35-35 en el segundo cuarto, una llamarada de los Knicks, encendida por un triple de Steve Novak (3/6 de tres, nueve puntos), generó un parcial de 0-14 y carbonizó a los Celtics, que ya no se recuperarían después del 44-58 del descanso. Los Knicks mandaron hasta por 17 puntos y si conservan esta segunda plaza del Este, quizá acaben cruzándose en la ronda inicial de playoffs con estos mismos Celtics, que viajan séptimos. En este escenario y después de todo, Jeff Green (19 puntos, diez rebotes) y Paul Pierce (16 puntos, 5/10 en tiros) fueron los mejores entre los diezmados Celtics.