Los neoyorkinos, que no alinearon a 'Kaku' Romero Gamarra ni a Bradley Wright-Phillips, llevaron el cargo de las acciones de ofensivas desde el pitazo inicial. Muyl y Cásseres, con disparos que se marcharon alto o fueron detenidos por Seitz, fijaron la declaración de intenciones de los Red Bulls. La respuesta del Dynamo fue exigua: un tiro de Peña, tapado por Robles, fue su única ocasión de peligro en la primera mitad.
De vuelta al campo, al 54', un pase desde la banda derecha de Murillo encontró a Muyl, quien, apurado contra la línea de fondo, barrió para meter la pelota al corazón del área, donde aguardaba White, asesino a puerta abierta, quien gritó su primer gol en la MLS. Seitz había intentado evitar el pase previo de Muyl. 10 minutos después, Quioto remató con la nariz un tiro de esquina y la pelota pegó en el poste izquierdo de Robles. No volvió Houston a tener otra ocasión tan clara en el resto del encuentro y facilitó la llegada de los Red Bulls al trono.