Ni Donald Trump afectó la candidatura de United 2026
El presidente de USA, Donald Trump, irrumpió como un insospechado actor en el proceso de asignación de la sede mundialista en donde terminó ganando
El proceso de concesión de la sede de la Copa del Mundo 2026 llegó a su fin. La FIFA determinó que Estados Unidos, México y Canadá. Fue un camino largo, turbio, parchado de baches geopolíticos y judiciales (con los procesos abiertos en la fiscalía neoyorkina contra los imputados por el FIFAgate) y la inmersión de un actor insospechado: Donald Trump.
La injerencia del presidente de Estados Unidos en el proceso de selección ha supuesto una afrenta fuera de guión para United 2026, la propuesta tripartita conformada por México, Estados Unidos y Canadá, el Mundial TLCAN. En abril, el mandatario estadounidense irrumpió en la elección a través de una publicación en su cuenta en Twitter en la que cuestionó las preferencias de naciones 'aliadas' que ya habían hecho público su apoyo a la candidatura marroquí. "Los Estados Unidos han hecho una propuesta fuerte junto a Canadá y México para el Mundial de 2026. Sería una lástima que países que siempre hemos apoyado hagan 'lobby' contra la candidatura de Estados Unidos. ¿Por qué deberíamos seguir apoyando a esos países que no nos apoyan a nosotros (incluyendo a las Naciones Unidas?)", escribió Trump en un tuit con referencia indirecta para Francia y Bélgica, integrantes de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), mecenas del proyecto magrebí.
La participación de actores políticos en el proceso de selección podría significar una violación de los estándares de FIFA. Después del tuit del presidente estadounidense, el máximo organismo del balompié recordó, a través de un mensaje difundido por la agencia Reuters, que cualquier incidencia referente a las candidaturas que optan por los derechos de concesión están amparadas por el Código de Conducta y las Regulaciones éticas que guían el proceso, mismas que alertan a reportar cualquier intento de influenciar "la integridad" del mismo (artículo 9, 9.1, inciso IV). Asímismo, el Código de Ética de la FIFA prohibe cualquier injerencia gubernamental en las decisiones concernientes a sus Federaciones nacionales.
En el mismo tenor, surgieron voces, recogidas por la agencia AFP, que apuntaban que las direcciones lanzadas por el presidente en inmigración, economía y geopolítica (el veto de entrada a viajeros provenientes de países musulmanes, las guerras comerciales o la reitrada del pacto nuclear con Irán) afectarían el voto a favor de United 2026. "Le ha dado a los países indecisos un perfecto pretexto. Muchos países están esperando la oportunidad para darle una patada a Estados Unidos", consideró Andrei Markovits, académico de la Universidad de Michigan.
Carlos Cordeiro, presidente de US Soccer, puso paños fríos a las suspicacias y apagó el fuego en Moscú, en la víspera del Congreso. En declaraciones recogidas por The Independent', el dirigente del fútbol estadounidense desestimó las preocupaciones en torno a Trump y sus políticas:"(Los otros países miembros de FIFA) quieren saber sobres las visas para sus jugadores, staff y aficionados, pero ninguno ha mencionado a Trump. No nos gustaría ser juzgados por nuestras políticas actuales". Pero si el río suena...