¿Por qué a Cruz Azul le dicen ‘La Máquina Cementera’?
En esta edición de ‘HistoriAS de un Apodo’ repasamos el origen del mote de uno de los equipos más grandes, populares e históricos del fútbol mexicano.
El 22 de mayo de 1927 fue fundado Cruz Azul, considerado uno de los cuatro equipos más grandes de todo México y que cuenta con una de las aficiones más fieles del país.
En sus inicios la plantilla era conformada únicamente por trabajadores de la Cooperativa de Cemento La Cruz Azul y su sede se encontraba en Hidalgo. Sin embargo, con el paso de los años la institución se desprendió de dicha premisa y poco a poco se fueron integrando jugadores externos a la empresa.
El conjunto capitalino es uno de los que mayor número de apodos posee: los Cementeros, Celestes, Liebres o La Máquina Cementera. Y precisamente abordaremos el origen de este último apodo, quizá el favorito y mayormente aceptado por la afición cruzazulina.
Existen diversas versiones en torno al nacimiento de este sobrenombre, pero dos en especial han destacado a lo largo de la historia del Club.
La primera versión indica que en los años 60’s el equipo desplegaba un fútbol vertical, atemorizante y efectivo, por ello se les nombró como La Máquina, mientras que “cementera” se debe a la filiación con la Cementera Cruz Azul. Para ilustrar este apodo, los creadores del diseño se basaron en un ferrocarril que salía de la antigua Jasso rumbo a la Ciudad de México.
Para la década de los años 70’s el equipo se mudó al Estadio Azteca y en esa ocasión se le asoció con una locomotora que le pasaba por encima a los contrincantes.
La segunda versión en torno al origen de este apodo nació gracias al cronista Ángel Fernández, quien decidió llamar al equipo “La Máquina”. Desde entonces este mote ha prevalecido por generaciones y la afición lo acepta con gusto.
El auge futbolístico del conjunto cementero se consiguió en la década de los años 70’s y aunque actualmente llevan 21 años sin levantar un título de Liga, su grandeza nunca ha estado en duda y en gran manera se debe a su afición, que año con año están al pie del cañón, alentando a su equipo como pocos en espera del ansiado trofeo que termine con la sequía.
