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LOS MEJORES NARRADORES

Los mejores narradores latinos en USA: 2 - Fernando Palomo

Salvadoreño, voz esencial en ESPN desde hace 12 años, defiende a ultranza los preceptos del periodismo y el orgullo migrante: "El lugar de origen no tiene ser una limitante para conseguir y buscar un sueño".

Estados Unidos
Los mejores narradores latinos en USA: 2 - Fernando Palomo

Fernando Palomo no transmitía fútbol en los inicios de su trayectoria. Tampoco estudió periodismo ni esperaba, cuando inició su carrera en El Salvador a los 16 años, que el camino lo llevaría a ESPN, un canal que ya conocía al dedillo mucho antes de formar parte de sus filas. Es el periplo, las decisiones, las oportunidades de una vida, la imprevisibilidad, el adaptarse a los cambios, el lanzarse a la aventura. 

El punto de inicio de Fernando Palomo fue la iniciativa propia; esa pasión por el deporte cultivada en las sombras entre desvelos, recortes de revista y gritos desaforados ante el televisor. Un día, antes de los Juegos Olímpicos de Seúl '88, incursionó en las oficinas del Canal 4 salvadoreño para ofrecerles su particular colección de información alusiva a la cita veraniega, una carpeta de recortes de periódicos y revistas recopiladas a lo largo de cuatro años, desde el final de Los Ángeles '84. El objetivo: un servicio social para que los comentaristas y narradores pudieran ofrecer la mejor información a su audiencia. "Como era una cantidad importante de información que les proveía, me preguntaron si les podría ayudar a la producción de las transmisiones de los Juegos, a lo que evidentemente accedí y me permitió conocer de atrás el mundo de la televisión". Tras los Olímpicos, quedó como colaborador de producción y pronto recibió, gracias a sus aptitudes atléticas (practicó lanzamiento de jabalina), una oportunidad como analista del circuito europeo de atletismo: "No lo ponían al aire porque no tenían “expertos”. Accedí a ello con 16 años, incluso tenia que impostar la voz para que no parecía la voz de un adolescente".

Fernando llegó a los campeonatos mundiales de atletismo en Gotemburgo en 1995, en plena época de estudio universitario (entre 1991 y 1996 radicó en la Universidad de Texas A&M, que potenció su formación deportiva y académica). Su marca, de 62.90, no le bastó para quedar entre los primeros lugares. Con estudios concluidos y su carrera atlética en el pasado, ESPN Latinoamérica (en Argentina) lo llamó a sus filas en 2000 con la misión de relatar el Sunday Night Footballl de la NFL. Nada, aún, de fútbol, a pesar que el juego lo atrapó desde pequeño: "Construyó escenarios imaginarios que no lograron construir otros deportes. En algún momento, soñabda con ser futbolista; la pasión del futbol se convierte en algo insustituible; es tan única, singular". Cuatro años después de comenzar en ESPN, le fue conferida la conducción de SportsCenter para todo el continente. Tras un breve paso por México entre 2003 y 2006, también a cargo de SportsCenter y de transmisiones, finalmente, de fútbol, llegó la oportunidad.

"Un día me dicen que estaba la oportunidad de ser relator de fútbol de Champions y las propiedades más importantes que tuviera ESPN y no lo pensé mucho para tomar la decisión. Era una oportunidad de esas que vienen cada tanto y había que aprovecharla", relata al récordar el verano de 2006. Desde entonces y hasta ahora, Fernando Palomo es la voz del continente en los partidos de la Champions League, la Bundesliga, del reconocido programa 'Fuera de Juego' y de tanto fútbol se emita desde Bristol, Connecticut, en inglés y en español; para Latinoamérica y para el público angloparlante en la Unión Americana. La transición a su nueva vida no fue traumática en absoluto: "Como ya había estudiado en Estados Unidos, conocía la cultura, he consumido la cultura deportiva de Estados Unidos (...) La adptación existe por una cuestión de trámites, que convierte las mudanzas en algo bastante engorroso. A parte de eso, todo fue muy sencillo y eso sucede cuando estás en una compañía tan importante como ésta que toma en cuenta muchísimos detalles que alguien tiene que sopesar para superar, adaptarse de manera rápida a un medio ambiente".

12 años después, Fernando Palomo se siente afortunado y agradecido por el camino, aunque acepta que apenas ha comenzado a andarlo: "Queda todo por cumplir. No he hecho absolutamente nada de lo que esta carrera ofrece, me hace falta mucho por conocer, mucho por aprender". Privilegia el ansia por aprender y los compañeros que le rodean antes que las experiencias personales; para Fernando, más que una transmisión que le haya marcado (como su inolvidable narración al gol de Andrés Iniesta al Chelsea en las semifinales de Champions en 2009), han sido los compañeros con quienes ha compartido lo que ha hecho el viaje enternecedor: "El desarrollar una profesión a lado de ellos (Miguel Simón, Quique Wolff, Alejandro Coccia, Ernesto Jérez, Luis Alfredo Álvarez) y aprender de ellos, cada uno de esos pasos es en ascenso, es imposible poder mirar hacia atrás y hacia abajo, estás siempre creciendo a lado de ese tipo de profesionales".

Cada lanzamiento de jabalina, cada récord, cada transmisión, cada texto, cada partido y cada grito. El motor de todo ha sido la pasión, el ingrediente vital para llevar la profesión, no solo está, sino cualquiera. Para Fernando Palomo, el periodista primerizo debe ávido por descubrir, subsansar curiosidades, y poseer un "deseo innegociable por esforzarse y sacrificar muchas cosas personales para sacar adelante la materia periodística". Y enarbolar, como ideología innegociable, de la mano de los valores adquiridos en la educación, la escencia y los fundamentos del oficio: "Respetar al ser humano del cual uno habla, nunca deshumanizar la profesión". Y nunca perder el norte, ni la ilusión, y menos en condición de inmigrante en un contexto global donde prima el recelo, el prejuicio y la diatriba. La nacionalidad no debe ser una condicionante para realizar ningún sueño, incluido en el periodismo deportivo: "En todos los países, uno siempre va a enfrentar miradas extrañas, desconfiadas y celosas, pero hay que creer en uno mismo y no mirar por encima del hombro a nadie (...) Ningún personaje está calificado para juzgar a nadie en este mundo por su lugar de origen, y en consecuecia no tiene el lugar de origen de nadie que ser una limitante para conseguir y buscar su sueño. Que te califiquen por tu lugar de destino, no de origen".