El Leganés sometió al Celta en Butarque y de paso le mostró una lección de coraje y arrestos que no le vendrá mal metabolizar a los gallegos si quieren colarse en los puestos de la Europa League. Los pepineros se comportaron como un equipo henchido de ambición que, pese a moverse en zona de nadie, dominó y controló el encuentro sin dejar a su rival margen alguno para atemorizar a Cuéllar. Sólo el mal tino blanquiazul evitó la goleada. Ni el empate del Villarreal en Sevilla espoleó a los visitantes. Los celestes jugaron un partido tan negro como su segunda camiseta y suman otra salida sin puntuar. En sus últimos cinco desplazamientos han hecho sólo un punto de quince posibles. El Lega podría salvarse matemáticamente este martes ante el Villarreal.
Allá cuando la pelota comenzó a rodar, Butarque dibujó una burbuja de irrealidad que volteó el mundo. Lo de arriba, abajo. Lo de abajo, arriba. Jugó el Celta como el que se dejó llevar influido por sus cómodas circunstancias. Lo que se suponía del Leganés. Los de Unzué, que fueron una oda al bostezo. A la posesión porque sí. Sólo Aspas se atrevió a romper el muro de conformismo con un cabezazo que despejó épico Cuéllar en el 13’. Chispazo aislado para conformar la máxima producción ofensiva de un primer acto eléctrico en los locales. En medio del sonar de violines con el que los gallegos trataban de amodorrar al rival, mutó el Leganés en una sinfonía de rock. Robo, pase, ¡boom! Así cercó a Sergio. Las ocasiones llovieron. Desde la que, sólo ante Sergio, marró Guerrero, hasta las dos que el portero les sacó felino a Siovas y Zaldua. La maldición de la primera parte continuó lastrando al Lega. Los pepineros sólo han hecho siete tantos en el acto inicial de todos sus partidos de Liga de esta temporada.
Un derroche de ímpetu que lideró El Zhar en la segunda parte. De sus botas y las de Rubén Pérez nació el gol de Guerrero, ése con el que se redimió tras la clara ocasión que falló en el suspiro inicial del partido. Movió Unzué el árbol, pero el panorama apenas varió. Apenas en los estertores del duelo inquietó el Celta la meta local, pero fue insuficiente para sacar algo de Butarque. Europa, por ahora, sigue lejos para los gallegos.