Zinedine Zidane no confía en los jóvenes de su plantilla
Los 28 segundos que le dio a Ceballos en Butarque evidencian su falta de feeling con los 'novatos'. Le cuesta entregar la titularidad a Asensio, no usa a Marcos Llorente...
Zidane tiene un gran don, la gestión de los pesos pesados del vestuario, pero al mismo tiempo flaquea cuando le toca lidiar con el eslabón débil, los jóvenes. Ese extraño cambio de Ceballos en Butarque, cuando le dio los últimos 28 segundos en un partido que el Madrid ganaba 1-3, evidencia su falta de feeling con los nuevos. El utrerano, apuesta del club en verano cuando tenía media Europa detrás, venía de no jugar en Liga desde el 9 de diciembre; aquella vez fueron 19 minutos en un choque que el Madrid ya le ganaba abultadamente (5-0) al Sevilla. En Leganés, obviamente, no le dio tiempo ni a tocar la pelota. Menos cariño, imposible.
No es un caso aislado. Marcos Llorente tuvo cuatro minutos en Butarque. El mediocentro espera que acabe la temporada para buscar nuevos aires. No tuvo una buena sintonía con Zidane desde su etapa en el Castilla y el francés demuestra con hechos que la cosa no ha cambiado. El canterano, baluarte del sorprendente Alavés del año pasado, juega casi cuatro veces menos (768’) que Casemiro (2.672’). De hecho, Zidane está exprimiendo al brasileño, es el jugador que más ha utilizado en la plantilla (144’ más que el siguiente, Cristiano) pese a tener a Llorente, recuperado en verano con esa misión. En Chipre, donde Casemiro descansó, el centrocampista madrileño fue uno de los descartes.
Con Asensio, aunque sí cuenta, Zidane se resiste a concederle el papel de titularísimo pese a ser el segundo máximo goleador del equipo. O partidos como el del PSG o doblete al Betis. Con los nombres relevantes, Zidane es proteccionista. Al balear, pese al 0-1 en la ida en Copa en Leganés, donde hizo el gol blanco, le dio un pellizco en Sala de Prensa: “Lo puede hacer mejor… como todos”. Pero Asensio no se calla. Tras su exhibición en el Benito Villamarín dejó caer una queja al ser preguntado por su buen momento: “Cuando no tienes continuidad no puedes mostrar cosas”.
La victoriosa temporada pasada ofreció un ramillete de virtudes de Zidane en determinados aspectos de la gestión de la plantilla, pero entre tanta alegría, evidenció este mismo problema. Le pasó con Mariano. No le encontró más hueco que 302 minutos. Y eso que el hispano-dominicano los aprovechó hasta el tuétano, con cinco dianas. Se fue casi de tapadillo al Lyon, hoy suma 16 goles y seis asistencias con el equipo galo y la cifra de su traspaso (8 millones de euros) parece la ganga europea del verano pasado. Su situación ahora es la de Mayoral. Pero la del parleño (771’) es aún más sangrante, porque él no tiene la competencia de Morata. Sólo la teórica competencia de Benzema, que en casi el triple de tiempo de juego (2.007’) sólo le aventaja en dos goles, siete a cinco. Para el nueve galo también hubo cariños (“Es el mejor”, le defendió ante el ‘tuit ataque’ de Lineker) mientras que Mayoral quedó relegado a la Copa, donde por cierto evitó un papelón del Madrid con un doblete al Fuenlabrada en el 2-2 del Bernabéu.
Si a todos ellos se le unen dos recién llegados que ‘se le han caído’ al francés, aunque más por demérito propio que falta de oportunidades, casos de Theo (20 años y 26 millones de traspaso) y Achraf (19 años), el manejo de los jóvenes es una de las asignaturas pendientes de Zidane si finalmente se ve con ánimo de seguir en el Real Madrid 2018-19.
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