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PERFIL

Donovan Mitchell: una muñeca rota nos regaló su carrera NBA

El campeón del concurso de mates era más de béisbol que de baloncesto. Jugó en Louisville y fue traspasado en la noche del draft.

Madrid
LOS ANGELES, CA - FEBRUARY 16: Donovan Mitchell #45 of Team USA dunks during the 2018 Mountain Dew Kickstart Rising Stars Game at Staples Center on February 16, 2018 in Los Angeles, California.   Kevork Djansezian/Getty Images/AFP
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KEVORK DJANSEZIANAFP

Para entender un poco mejor el increíble momento que vive Donovan Mitchell tenemos que retroceder hasta su segundo año de instituto. El año que cambió su vida.

Su padre, Donovan Mitchell Sr, trabajaba y trabaja para los New York Mets, equipo de béisbol basado en Queens (NY). Y el ahora jugador de los Utah Jazz se crió entre guantes, bates y entrenamientos con grandes estrellas. Estaba marcado. Era el camino.

En Canterbury School (New Milford, Connecticut), su primer instituto, practicaba tanto béisbol como baloncesto, pero siempre con el primero de los dos deportes como gran objetivo. Quería jugar en la MLB (Major League Baseball). Quería jugar en los Mets.

Empezaba a recibir interés de ciertas universidades para seguir practicando ambos deportes cuando un golpe contra un compañero cambió su carrera. Mitchell se rompió la muñeca jugando al béisbol. "Todo lo que tienes puede desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Después de aquello me convertí en una persona diferente", dijo en verano en una entrevista en el Basketball Hall of Fame. Se perdió la temporada de baloncesto y, entonces, con una esa nueva mentalidad que le empujaba a encarar cada partido como si fuese el último, decidió poner rumbo a la Brewster Academy, una academia con un gran programa de baloncesto en la que se puede decir que arrancó su carrera en el mundo de la pelota naranja.

En su primer entrenamiento en Brewster, Jim Boeheim (Syracuse), Roy Williams (North Carolina) y técnicos de Uconn o Xavier, todo grandes programas universitarios, esperaban expectantes en primera fila. Aquel año pasó de cinco ofertas a más de 25, y de apostar por el béisbol a luchar por una carrera en el mundo del baloncesto.

Acabó comprometiéndose con la Universidad de Louisville, donde jugó dos temporadas bajo el brazo de Rick Pitino. Un primer año de poco más de siete puntos, un segundo de más de 15 y camino de un tercero sin pensar todavía en la NBA, una semana de entrenamientos en Los Angeles con Chris Paul y Paul George volvió a cambiar su camino. Dos grandes estrellas de la NBA le aseguraron que estaba preparado para dar el salto. Y entonces, contra todo pronóstico y para sorpresa general (antes de tomar la decisión salía en las predicciones de los expertos como posible segunda ronda...), Mitchell se presentó al draft en 2017. Y su nombre empezó a subir como la espuma.

Realizó más de 10 entrenamientos previos con equipos NBA, cogiendo unos 15 vuelos en un mes para recorrer el país de punta a punta. El primero fue con los Jazz, que tenían el número 24 del draft. "Me salí", aseguró Mitchell en la mencionada entrevista. Aquel verano entrenó también con Carmelo Anthony y JR Smith, mientras su potencial posición en el draft no dejaba de subir.

Llegó la noche del sorteo y Mitchell creía que se iría a Charlotte. Los Hornets tenían el número 11 del Draft. "Malik Monk empezó a caer y pensé: igual me eligen o igual no... Después les tocaba a los Pistons, con los que había hecho un gran entrenamiento. Pero escogieron a Luke... Con Denver (tenían el 13) no había entrenado, así que pensé que no me iban a elegir, y el de Miami (14) había sido el peor entrenamiento de mi vida. Entonces pensé: espero que me elijan los Blazers (15), porque 16, 17 y 18 no tengo ni idea. No tenía ni idea de que los Jazz habían cerrado un traspaso para subir posiciones", dijo el novato en su día (vía OfficialHoophall).

Los Jazz, el primer equipo NBA con el que había entrenado, traspasaron tanto su pick (el 24) y como a Trey Lyles a Denver para poder elegir en el 13 a Donovan Mitchell. Un traspaso que no levantó demasiadas cejas en su momento, pero que ahora parece uno de los grandes aciertos/robos del draft.

Ocho meses después de aquello, el novato de los Jazz lidera su camada en puntos (casi 20 por partido; ha llegado dos veces a los 40) y es una de las grandes sensaciones de la temporada NBA. Pelea por el Rookie del Año (con Ben Simmons), su equipo ha ganado 11 partidos seguidos (primer rookie de la historia en liderar a un equipo en anotación en una racha de 11 triunfos) y ayer se convirtió en el nuevo campeón del concurso de mates de la NBA. Es el momento de dar las gracias. En este caso y sin que sirva de precedente, a una lesión. Aquella muñeca rota nos regaló su carrera NBA.