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Después de que Josh McDaniels les hizo un “Josh McDaniels”, los Colts anunciaron este domingo la firma de Frank Reich como su nuevo coach, deseablemente por los próximos cinco años.

Para evitar cualquier suspicacia, la franquicia de Indianapolis posteó en sus redes sociales una foto de Reich en el momento en que estampa su firma en el contrato.

Dicen que la burra no era arisca…

Dos cosas muy importantes para los Colts: la primera es que ya tienen coach y que poco a poco pasará el mal sabor de boca que dejó la infamia de McDaniels; y la segunda es que Reich es un coach que ayudará al desarrollo de Andrew Luck, per se otra incógnita en Indianapolis.

Luck, el quarterback reclutado en 2012 que supuestamente llenaría los zapatos de Peyton Manning, no ha lanzado un pase en un partido oficial desde el 1 de enero de 2017 y trata de recuperarse de una lesión en el hombro derecho que lo dejó fuera toda la campaña pasada.

El gerente general de los Colts, Chris Ballard, aseguró en la semana que son falsos los reportes que aseguran que Luck requiere de otra cirugía.

“Su fuerza está bien. Está trabajando en la movilidad del brazo y en la velocidad”, dijo Ballard en la conferencia de prensa en la que supuestamente presentaría a McDaniels.

Luck aún no lanza el balón, pero aparentemente es una medida que forma parte de la terapia de rehabilitación.

Cuando esté listo, Luck tendrá en casa a un coach que ayudó al rapidísimo desarrollo de Carson Wentz, quien en su segundo año en Philadelphia vivía una campaña que -de no ser por una lesión- merecía el reconocimiento como Jugador Más Valioso.

Reich debe trabajar con Luck en el tiempo en el que se deshace del balón, porque muchos de los golpes que ha recibido en la NFL han sido por su necedad de hacer algo más en las jugadas rotas, cuando a veces lo mejor es simplemente lanzar el ovoide por una de las bandas.

En la campaña 2016 lo capturaron 41 veces en 15 juegos (11 más que en 2015, su última temporada completa), incluidos cuatro con al menos cinco, en parte también porque la de Indianapolis era una de las peores líneas ofensivas de la liga.

Quizá las jugadas de RPO (run-pass-option) con las que brilló Foles en los Playoffs y el Super Bowl ayuden a Luck a lanzar más rápido y, por ende, a recibir menos golpes.

Si Luck no puede iniciar la campaña, Reich tendrá que echar mano del joven Jacoby Brissett, quien inició 15 juegos en 2017, con apenas 13 touchdowns, 7 intercepciones y lo peor: fue capturado 52 veces, lo más alto en la NFL. Los Jaguars jugaron con él como si fuera una piñata humana en aquel juego en el que lo capturaron en 10 ocasiones.

Así como en enero de 1993, cuando era quarterback de los Bills y enfrentaba en Playoffs a los Houston Oilers, parece que este juego lo va perdiendo 35-3. En aquel entonces, Reich comandó el regreso más grande de la historia de la liga.

¿Podrá regresar a los Colts a los primeros planos en la NFL?

Eso está por verse.