Gerard Moreno anula el doblete de Maxi Gómez en Balaídos
El catalán se inventó un golazo sobre la bocina para rescatar un punto de Balaídos. Antes, Baptistao había adelantado a los pericos y Maxi lideró la remontada celeste con dos goles.
Con el partido agonizando y el Espanyol al borde de la asfixia, apareció Gerard Moreno para frotar su lámpara mágica. De un pelotazo se inventó una jugada de gol con tres movimientos en dos segundos. Controló con el pecho de espaldas a la portería, se dio la vuelta, ajustó el punto de mira y disparó su misil directo a la red. Nada pudo hacer Rubén Blanco ante el genial zurdazo del ariete catalán. Su disparo era el segundo del Espanyol a puerta en todo el partido. El anterior, de Baptistao, fue a los diez minutos y también acabó besando la red. El brasileño superó al meta celeste en el uno contra uno tras ser habilitado por Gerard Moreno y por un error de Sergi Gómez. Entremedias, casi ochenta minutos de asedio céltico a la portería del gigante Diego López. El cancerbero gallego hizo paradas de todos los colores. Con las manos, con el pie, a bocajarro…
El punto no sirve de mucho, clasificatoriamente hablando, a Celta y Espanyol. Los vigueses pierden el ritmo de Sevilla y Eibar en la pelea por Europa, mientras que los barceloneses quedan prácticamente eliminados de esa batalla.
El duelo respondió al guión previsto, sobre todo a raíz de que los visitantes se adelantaran en el marcador. El Celta monopolizó la posesión del balón y se armó de paciencia para encontrar espacios entre la ordenada defensa perica. Jurado era la única brecha en el plan de Quique, y por allí intentó acceder una y otra vez Hugo Mallo. Hasta que de un centro suyo llegó el empate. Maxi, el incansable, apareció en área pequeña para jugarse la cabeza a cambio de obtener el gol. El uruguayo es un auténtico martillo pilón. No para de ofrecerse, de fajarse y de buscar la portería rival como si allí estuviera la isla del tesoro. Y marcar tampoco le libera de esa ansiedad. Al contrario, parece que le aumenta la adicción e insiste en seguir devorando. De hecho, tras marcar el gol del empate obligó a Diego López a disfrazarse de súper héroe. El primer súper poder del portero gallego fue un sensacional despeje tras un potente remate. El Celta estaba en plena faena para buscar la remontada, pero el descanso cortó su lanzada carrera.
Tras la reanudación, el Espanyol supo frenar el ímpetu celeste, que tuvo que reiniciar su plan para volver a encontrar el hueco donde abordar el butrón. Y, como no, Maxi descubrió la pared más débil. Su duelo con Diego López parecía una pelea de peso pesado. Uno golpeaba y el otro se protegía. Sin cuartel. Entonces Maxi encontró dos aliados inesperados. Emre, que salió de revulsivo, hizo su primera gran jugada como celeste y le sirvió el balón desde el costado. El uruguayo se revolvió para armar el disparo y, de camino a la portería, el balón golpeó en un defensa espanyolista. Eso supuso un KO técnico para Diego López, que cayó al verde resignado.
El partido, como decía al principio, parecía ya visto para sentencia. Pero entonces apareció Gerard Moreno. El genio de la lámpara.