Las trinidades del Madrid y los Patriots
Hablando de las cosas del Madrid, Santiago Segurola me hizo reparar ayer en cierto paralelismo con los New England Patriots, que vienen a ser algo así como el Real Madrid de la NFL. El presidente es el heptagenario Robert Kraft (el de las salsas, sí), un archimillonario, hincha del equipo desde siempre. El entrenador, Bill Belichik, tiene un prestigio infinito ante la hinchada, por sus logros, por su ciencia. El quarterback, Tom Brady, es una superestrella, un prodigio del juego, un ídolo, casado por si fuera poco con Gisele Bündchen. Tiene 40 años y ha anunciado que quiere jugar hasta los 45. La armonía en el club empieza a resentirse por ello.
Tres poderes conviviendo. Como en el Madrid. Por un lado está Florentino, presidente, sobre cuyo poder no hay que insistir. Es hombre de poder, incluso ha convertido el palco en una especie de obscena exhibición de ello. No es propietario del Madrid, pero como si lo fuera. Luego está Zidane, un poder digamos moral, por el prestigio que se ganó como futbolista por su estilo y maneras, y que ha renovado desde el banquillo, por talante y logros. Y luego Cristiano, la estrella deportiva y comercial, que ha venido acumulando méritos en forma de goles y Balones de Oro. Ahora que marca menos se nota más que nunca lo importante que ha sido.
Florentino pone en marcha la operación para comprarle al Athletic a Kepa, Zidane dice a las claras que no lo necesita y ahí se para el asunto en seco. Cristiano refunfuña porque ve que el salario del megacrack está subiendo como la espuma y se llama a la parte. Florentino se pone de perfil, habla de Neymar y hace notar que no vería una catástrofe su salida. Al fin y al cabo, Cristiano está entrando en una edad peligrosa, como le pasa a Brady, ‘mutatis mutandis’. Pero viene Zidane y dice que no se imagina un Madrid sin Cristiano. Tres poderes chirriando entre sí, como en los Patriots. Me pregunto cómo acabarán un caso y el otro.