Las negociaciones están cerca de cerrarse. El Estadio Chivas cambiaría su nombre a partir de la próxima temporada. Ahora, llevaría el de Akron, una marca de aceites y aditivos, propiedad de la familia Martínez Garza, que en los años ‘90 rentó al equipo rojiblanco durante casi una década.
De acuerdo a fuentes cercanas a la directiva, el acuerdo entraría en vigor a partir de enero. Sería un trato multi-anual que significaría para el Rebaño Sagrado una importante inyección de recursos. Ha trascendido que será un contrato millonario, pues no sólo implicará el nombre del estadio. También aparecería la marca en la parte trasera del uniforme del Guadalajara.
Así, Chivas aseguraría una entrada fuerte de dinero, pues la intención de la directiva es al menos contratar uno de los llamados “peces gordos” durante el actual mercado de transferencias. Luego del fracaso en el Apertura 2017, los altos mandos del club saben que necesitan un golpe mediático que despierte la esperanza de un mejor futuro.
Pero reforzarse con un jugador de esas cualidades es costoso. Por eso, la llegada de recursos le viene bien a la dirigencia. Así, la casa del Rebaño Sagrado tendría su tercer nombre en siete años de vida. Cuando fue inaugurado, en 2010, se llamó Estadio Omnilife . Después cambió por Chivas y ahora sería Akron.
Los detalles del acuerdo, si no sucede nada extraordinario que frene las negociaciones, serían anunciados próximamente. Por lo pronto, la directiva continúa trabajando en la búsqueda de refuerzos, con la idea de que esos recursos llegarán pronto.