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BARCELONA 1 - REAL MADRID 3

El Madrid, 1x1: Cristiano, cal y arena; Asensio quiere más

El portugués hizo un golazo, lo celebró sin camiseta (amarilla) y fue expulsado injustamente. El balear, otro gol de bandera, pide el sitio que Bale no se gana.

Cristiano se queja al árbitro.
Reuters

Keylor: apenas exigido en la primera parte, en la que el Barcelona rondó, pero sin atinar entre los tres palos. Un disparo centrado de Suárez, su única labor antes del descanso. En el segundo tiempo tuvo mucho más que hacer: despejó un cabezazo de Suárez, un disparo de Messi y el rechace posterior. No hizo penalti a Suárez, el árbitro se tragó el piscinazo del uruguayo.

Carvajal: no está todo lo fino que podría, regala algunos balones en la salida evitables. Aportó poco en ataque, aunque en defensa se le vio atento. Cortó antes del descanso una ocasión del Barça, en la que Suárez se quedaba solo ante Keylor. También sirvió un centro decente a Bale, que el galés remató muy alto. Lo pasó mal en el segundo tiempo con Denis, muy activo desde que entró. Acabó revolucionado por la tensión.

Varane: el mejor de la zaga, abortó varios planes de asistencia del Barcelona con mucho acierto. Se le vio rápido, atento y bien sacando el balón.

Ramos: buen partido, mostrando su poderío aéreo antes del descanso para abortar los centros de Deulofeu, Alba o Messi (lanzador de córners tras la salida de Neymar). No regaló apenas balones en la salida, mostrando estar 100% centrado en el choque.

Marcelo: poquito del brasileño en el primer tiempo, dejando espacio para las subidas de Aleix Vidal y no aportando excesivamente en ataque. En la segunda parte fue la cara y la cruz: primero hizo el pase que acabó en el 0-1 de Piqué en propia puerta; luego, perdió el balón en la salida de forma absurda y ese esférico acabó siendo el del penalti (que no era) del 1-1 de Messi. A sus 29 años, sigue sin comprender que son maniobras innecesarias y evitables.

Casemiro: se llevó una amarilla justa tras una dura entrada sobre Messi. Muy centrado en cortar líneas de pase, plena ocupación pues el Barcelona estuvo fino en la posesión.

Kovacic: poco del croata, que en Miami se exhibió contra el Barcelona. No desperdició balones, pero faltó verle más de atrevimiento con él, hacer esas conducciones que le caracterizan. En el día en el que tenía que demostrar que puede ser Modric, sólo lo hizo a medias. Se fue tocado en el 67’, dejando el sitio a Asensio.

Kroos: en su línea, es un metrónomo que apenas falla. Arriesgó poco y sufrió algo corriendo hacia atrás, pero dio poso y ritmo al equipo cuando lo necesitó. En el Bernabéu, donde el Madrid debe mandar más con el balón, será vital.

Isco: arrancó muy bien, dejando detalles interesantes y alguna carrera de las suyas, con varios rivales por el camino, víctimas de su regate. Pero se diluyó con el paso de los minutos y se le vio algo lento a la hora de recuperar el puesto. Se reactivó en la segunda parte y fue importante en el 0-1, entregando con ventaja el balón a Marcelo para que éste centrase. Mucho más intermitente en el tramo final.

Benzema: peor incluso que Bale en el primer tiempo, pues el galés por lo menos remató. La versión lánguida del francés deja mucho que desear para el delantero del Real Madrid. No chutó y tampoco dio salidas jugando de espaldas. En el segundo tiempo espabiló bastante y dejó dos buenas carreras por la izquierda; una, en la que quebró a Piqué, casi acaba en el 0-2. Cuando prometía dar lo mejor, Zidane le quitó para dar entrada a Cristiano.

Bale: infumable primera parte del galés, sin ganar ninguna carrera ni ningún balón aéreo, pese a ser, sobre el papel, el futbolista más rápido y corpulento sobre el campo. Tuvo dos ocasiones: en una se topó con Ter Stegen y en otra cabeceó muy alto. En el segundo tiempo, menos todavía; apenas la tocó. Dejó el sitio a Lucas Vázquez.

Cristiano: entró en el 58’ por Benzema y, pese a su falta de preparación, se adueñó del partido. En todos los sentidos. Le anularon un gol por fuera de juego (justito) y, minutos después, adelantó al Madrid con un golazo: recibió en pleno contragolpe, recortó y la puso en la escuadra más lejana. Lo celebró sin camiseta, un gesto de inmadurez para un futbolista de 32 años que debería estar por encima de estas cosas ya. Lo pagó después, cuando el árbitro le enseñó la segunda amarilla por un supuesto piscinazo (que no era). Eso sí, le dio un pequeño empujón al colegiado que, si sale en el acta, puede costarle caro.

Asensio: entró en el 67’ por Kovacic, tocado. Y le dio a Zidane el primer gran quebradero de cabeza del curso, con el once del miércoles en el horizonte. Su gol, por toda la escuadra tras un contragolpe lanzado por Lucas Vázquez, sentenció el partido. Sus escasos minutos contrastan con la titularidad de Bale, muy decepcionante.

Lucas Vázquez: entró por Bale para equilibrar al equipo cuando peor lo pasaba y lo hizo. Además, asistió a Asensio para el 1-3. Pocos minutos, pero de calidad para un jugador con el que siempre se puede contar.