BARCELONA 1 - MANCHESTER UNITED 0
Un gol de Neymar es suficiente para batir al Manchester United
Segunda victoria culé en USA. Marcó otra vez Neymar, que jugó con el Tridente. Se vio un buen Messi y un Barça irregular.
Dicen que el del sábado, en Miami, puede ser el último partido de Neymar con el Barça. Qué cosas. En el ecuador de su quinta pretemporada en azulgrana, el brasileño parece haber dicho basta a ser cola de león y busca esa cabeza de ratón que le entregue todo el foco mediático. Ayer jugó el brasileño media parte y dejó muestras de tener ese punto que lo hace diferente al resto. Y lo vio Barack Obama. Sí. El expresidente de los Estados Unidos se quedó impresionado por la habilidad del brasileño, aunque su debilidad, según dicen, es Lionel Messi.
Valverde asomaba por el banquillo. Se quedaba quieto, apoyado en una de sus esquinas, y desde ahí trataba de ordenar en su cabeza lo que estaba viendo en el terreno de juego. La primera parte tuvo fases de todo. Se presentó un Barça atrevido, con un Messi sensacional viniendo a buscar la pelota al medio y combinado con la velocidad de Neymar o bien buscando el primer toque como conexión con el brasileño. También Lionel sabía que Suárez estaba para partirse la cara por los suyos. De ahí que le metiese buenos balones, aunque el equipo culé siempre se encontró con un excelente De Gea.
El portero madrileño resolvió todo lo que pudo con mucho criterio. Firme y sereno, fue uno de los pilares en los que se agarró Mourinho para cambiar el color al partido. Si el Barça buscó golpear primero, el Manchester United supo cómo cortar el ritmo y hacer de Pogba un pulpo en el medio del campo. Superando a Aleñá en más de una ocasión y retando a Alba y Busquets en la pugna física, el francés era una apisonadora superando la presión. Nada ni nadie podía con él. Ni con él ni con Lukaku. Más maduro, más hecho, ese delantero está hecho para reventar defensas, porteros, balones y redes. Un bruto. De zancada inigualable y de tiro más que potente, el belga, cómodo con toda la confianza de Mourinho, puso en apuros a Cillessen, que debió volar un par de veces para arruinar.
¿Y el Barça? Hasta la media hora no llegó el gol, en el que algunos vieron una posible falta de Neymar. Otros no, claro. La cuestión es que el Barcelona necesitó ocho opciones para levantar a la infinidad de seguidores que tiene en Estados Unidos. Messi, Suárez y el propio Neymar se encargaron de probar una vez tras otra la defensa inglesa, siempre, pero siempre, protegida por cinco hombres. Eso es Mourinho, claro.
El Tridente se mostró excelso en ataque, aunque no colaboraron todo lo que tocaba en defensa. Arrancaron fuertes en ese aspecto, pero pronto comenzaron a mirar a otro lado cuando perdían la pelota. Pero lo suyo es atacar y cuando se ponen a combinar, pocas veces se podrá ver algo mejor en un campo de fútbol. De primeras, al espacio, con la espuela o de cara al marco rival, pero siempre con una intención: marcar. Valencia tuvo que medirse con Neymar, Smalling con Suárez y Messi, con todos.
Cillessen fue el único que completó el partido. Y lo hizo muy bien. Aguantó el arreón del United con paradas de mérito, mientras que Sergi Roberto ponía pulmón y clase en el medio, Iniesta jugaba con dulzura la pelota y Alcácer, todo pasión, se encontró con las piernas de Romero, que le arruinaron la celebración.