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COPA CONFEDERACIONES

La FIFA persigue la homofobia en un país con leyes anti-gay

Mientras la FIFA combate frontalmente a la Federación Mexicana de Fútbol por el grito de sus aficionados, organiza un Mundial en Rusia, país en la mira del mundo por su trato a la comunidad LGTB.

Sochi
La FIFA persigue la homofobia en un país con leyes anti-gay
ANTONIO PEDRO SANTOSEFE

2013. Moscú celebra el Mundial de Atletismo en plena vorágine de reacciones, indiginaciones, recomendaciones. Dos meses antes del inicio de las competencias, el 11 de junio, la Duma aprobó una ley que castigaba con multas que van de 100 al millón de rublos (dependiendo de la naturaleza de la persona condenada: física, moral o jurídica), a quienes pretendan difundir en público "las relaciones sexuales no tradicionales". El texto especifica que la"normalización" de éstas ante la opinión públca constituye un delito: “La idea tergiversada de que las orientaciones sexuales tradicionales y las no tradicionales tienen igual valor social". El mundo, con estupor, la llamó: "Ley anti-gay'. La administración Putin la promulgó días después, para efectos inmediatos. Este edicto se unió a la prohibición para parejas homosexuales extranjeras de adoptar niños rusos, vigente, también, desde 2013.

El Comité OIímpico Internaional (COI), alertado por la medida y por la posible inclusión de deportistas homsexuales en las competencias del Mundial de Ateltismo en Moscú, emitió una carta al gobieno ruso para garantizar que los efectos de la nueva legislación menoscabaran los derechos de los atletas. Tras la recepción del escrito, el entonces presidente del organismo, Jacques Rogge, aseguró que recibió "garantías por escrito" de que ningún deportista sufriría discriminación. Varios colectivos pro-libertad, como All Out, amenazaron con boictear los Juegos Olímpicos de Sochi, en febrero de 2014, como medida de protesta. Los llamaron "los Juegos de la homofobia". La iniciativa no prosperó.

En Rusia, el desdén a la comunidad LGTB tiene varias aristas y data de la época zarista. La deriva totalitaria, Stalin y sus purgas, la conservadora iglesia ortodoxa. Las leyes de Putin son la última pieza que ata un imaginario colectivo profundamente 'homófobo', etiqueta que organizaciones como Aministía Internacional no ha dudado en poner al país. Una encuesta levantada por A Paper Bid en 2013 arrojó que el 76% de los encuestados estaba de acuerdo en que la homosexualidad no debería ser aceptada y sólo 1% la decribió como "aceptable". A la tensión no ayudan a amainar los reportes del diario opositor checheno, Novaya Gazeta, sobre la existencia de campos de concentración para homosexuales en la república del Caúcaso, gobernada por Ramzan Kadirov. El portavoz del mandatario negó las acusaciones al argumentar que, en toda Chechenia, "no hay gays".

Mientras tanto, la FIFA, cuya política pro-derechos humanos lanzada por su nuevo presidente, Gianni Infantino al momento de su elección en febrero de 2016, ha perseguido los comportamientos"inadecuados" de los aficionados, las pancartas, las invasiones de cancha y el racismo con tolerancia cero. La FMF ya ha sido amonestada en siete ocasiones por los cánticos que entona la afición mexicana para presionar el despeje del portero rival en partidos eliminatorios y ha recibido un nuevo apercibimiento por la misma razón, ahora durante el encuentro ante Portugal en Kazán. Otros países, como Chile y Honduras, debieron buscar sede alternas para sus siguientes partidos como locales tras un veto a sus recintos predilectos. 

En 2013, fue el COI quien externó su preocupación a Rusia por el reglamento anti-propaganda gay. Desde 2013, FIFA, quien otorgó el Mundial a Rusia en 2010, no sin acusaciones de fraude, no ha externado una posición pública al respecto.