El Celta quiere ganar al Real Madrid en su 'luto' europeo

Cinco días después de la digna 'muerte' en Old Trafford, la bandera del ánimo celtista continúa a media asta. La gente camina por las calles de Vigo con la cabeza alta, orgullosa por la batalla de Manchester, pero desorientada por culpa de aquel maldito balón que se escapó de los pies de Guidetti cuando las puertas del cielo ya estaban abiertas. Esa desgraciada jugada no se va de la cabeza. Ahora sólo es ropavieja que habrá que recalentar. Con todo, habrá lleno. Las entradas del partido suspendido siguen valiendo y sólo quedan 200 por vender.

Mirando al pasado, uno recuerda lo mal que sentó en Vigo el comportamiento de Florentino, que quería jugar a toda costa ante el Plan B de Berizzo. Sin embargo, el fin no justifica los medios. Se ejerció demasiada presión mediática, se fabularon tretas conspiranoicas y hasta se llegó a poner en duda la magnitud de un temporal que mantuvo en vilo a toda la población gallega. Hubo un trato de desconsideración que disgustó a los gallegos, en general, y a los celtistas, en particular.

Por aquel entonces, el celtismo ya clamaba venganza. Había ganas de revancha por ser vilipendiados, por ser considerados mero atrezzo en una situación de máxima urgencia. Y a pesar de que el dolor es tan fuerte que impide afrontar otra guerra, este Celta está acostumbrado a levantarse como un resorte en los momentos duros.

Después de cinco derrotas consecutivas en LaLiga, los jugadores están empeñados en dibujar una sonrisa a la afición. Se sienten en deuda con ellos también.

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