NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

HEAT 105-WARRIORS 102

¡Milagro de Waiters! Triplazo y séptima derrota de los Warriors

El escolta (33 puntos) anota un triple por encima de Klay Thompson a falta de seis décimas y acaba con el intento de remontada de los Warriors.
Final NBA: Rockets vs Warriors, juego 6

¡Milagro de Waiters! Triplazo y séptima derrota de los Warriors
Steve MitchellUSA Today Sports

Estas son las llamadas derrotas de calendario, partidos que se pierden porque la Regular Season es larga y dura, partidos en los que los equipos son irreconocibles casi de principio a fin. También les sucede, aunque pocas veces, a unos Warriors que habían parecido vacunados un día antes en Orlando, cuando con la ley del mínimo esfuerzo sacaron de la pista a los Magic.

Los Heat tienen menos mimbres que sus vecinos pero tienen a (Erik Spoelstra...) uno de los mejores entrenadores de la NBA, uno capaz de que su agresivo estilo defensivo mantenga a su equipo (cuatro victorias seguidas, todas en su pista, de mucho mérito) dentro de los partidos… siempre que el rival eche una mano. Más si ese rival es el mejor equipo de la NBA.

Porque los Warriors abrieron semana peligrosa (en gira por el Este) después de esa que tenían marcada en el calendario y en la que pasaron como un acorazado por encima de Cavaliers, Thunder y Rockets. Casi nada fue reconocible durante demasiados minutos: un segundo cuarto de 18 puntos, un tercero en -6 (31-25) después de sus exhibiciones en ese parcial en los últimos partidos… Y, eso sí, las habituales pérdidas y malas rachas de tiro de muchas de sus pocas derrotas.

Con todo, pudieron ganar y seguramente habrían ganado si Dion Waiters no se hubiera saltado el guion del pez grande devora al pequeño. El escolta, un número 4 de draft (2012) por cuyo talento discontinuo y habitualmente disfuncional casi nada apuesta ya, y que juega en Miami por 2,8 millones con 25 años, enlazó su segundo partido seguido de 33 puntos con un total de 11/16 en triples. Cuando los Warriors amenazaron con distanciarse lo suficiente en el tercer cuarto (65-71) sostuvo a su equipo en pista y cuando la cosa se puso en el alambre ganó el partido: 11 de los últimos 12 puntos de los Heat, todos menos un tiro libre de Dragic en los cinco minutos decisivos. Y seis con dos triples descomunales, de puro talento y por encima de un Klay Thompson al que dio la noche. El primero cuando sus compañeros ya boqueaban (para el 101-96 después de un 0-8 que llevó un 98-88 al 98-96), el segundo después de un mate de Durant que empató a falta de once segundos (102-102). Waiters evitó al prórroga a falta de seis décimas, en la última bola (luego Curry apenas pudo armar un último lanzamiento) y con un tremendo triple frontal que dejó a los Warriors sin el premio del mal estudiante. Reaccionaron tarde y se quedaron a un par de jugadas de ganar a un equipo muy inferior pero que puso más deseo. Así de simple.

A los fuegos artificales de Waiters les acompañaron la labor defensiva de casi todos, los rebotes de Whiteside y 19 puntos con el yo-yo de Dragic, que se dedicó a sacar tiros libres y sumar como una hormiguita cuando Waiters estuvo en el banquillo. Los Heat anotaron 13 triples (13/30) por los 8 de los Warrios (8/30), que se quedaron sin ese recurso que tantas veces les evita trabajar duro en partidos de perfil bajo. Horas después de los 14 que metieron Curry y Klay en Orlando y con un 6/17 total de los Splash Brothres y un 1/8 de kevin Durant, que anotó el único suyo en la reacción final pero que jugó un partido discreto (de 27 puntos y 6 rebotes, eso sí), que se unió a los problemas de Klay Thompson en defensa y a una noche extrañamente mala de Draymond Green. Curry acabó con 21 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias pero no pudo hacer magia en las últimas posesiones. Así que séptima derrota de los Warriors (38-7), que ya rondan las 9 de la temporada pasada y que tienen en el retrovisor a los insoportablemente insistentes Spurs (35-9). Y antes de volver a casa, mañana partido en Charlotte, la patria chica de Stephen Curry.