Un Liverpool bestial baja los humos al Barça en Wembley
El Barça paga muy caro su falta de ritmo ante un equipo mucho más rodado. La defensa del Barcelona fue una verbena. Gracias a esta derrota el PSG gana la International Champions Cup.
Duro baño de realidad para el Barcelona en Wembley, donde un Liverpool mucho más en forma y físicamente poderoso para los barcelonistas goleó a los de Luis Enrique por un 4-0 más que merecido que evita que el Barça gane esta Champions veraniega que se adjudicará el PSG. Teniendo en cuenta que es un partido de pretemporada, no tendría esta debacle más importancia que la de un orgullo herido, pero teniendo en cuenta que en una semana el equipo culé empieza la temporada oficial ante el Sevilla, sería muy irresponsable ignorar el toque de atención y ciertas tendencias en el equipo que ya se adivinan preocupantes.
Obviamente, el Barcelona mejorará con el tiempo, otra cosa es que esa mejora llegue a tiempo para ganar el primer título de la temporada ante el Sevilla, porque hay jugadores que, como es lógico, están muy lejos de su mejor momento y que ayer, ante un equipo que les saca un mes de preparación quedaron retratados. No hay que olvidar que para el Barça era el tercer partido de pretemporada y para el Liverpool, el octavo.
Mientras el equipo de Luis Enrique tenga la pelota, se puede disimular miserias, pero cuando se siente agredido, el Barça sangra por los cuatro costados. La defensa culé es una verbena en la que a Aleix le viene grande el puesto, Cámara no es lateral, Mathieu es una caja de bombas, Mascherano comete unos errores groseros y Busquets está muy lejos de su nivel. Ante esto, no importa demasiado quien sea el portero elegido, porque estará vendido de antemano. Ayer comenzó Ter Stegen y Bravo jugó la segunda parte. Uno encajó un tanto y el otro tres. Ni el Ricardo Zamora más inspirado hubiera evitado la goleada ante el chiste de defensa que tenían delante.
La historia del partido se escribió en los primeros minutos de cada tiempo, en los que la velocidad e intensidad del Liverpool pasó por encima de un Barça impotente para capear el temporal. Tras el primer gol de los ingleses, tuvo el Barceona un momento de lucidez en el que Messi y Suárez se encontraron y Leo disparó un baló al palo y Mignolet evitó el gol del uruguayo, pero ahí se acabó la resistencia culé. Al inicio de la segunda parte, los errores en defensa facilitaron el trabajo a un Liverpool que le bajó los humos al Barça.