Blas Pérez le dedicó el doblete a su padre con el 'torito'

Cuando Blas Pérez lavaba coches con tan sólo 15 años en San Miguelito (Panamá) soñaba con marcar goles importantes. Ante Bolivia, en su cara se vio ese sueño cumplido. Hizo un doblete al equipo boliviano para dar la primera victoria a Panamá (2-1) en su debut en la Copa América. "Este es un triunfo histórico, se lo dedico a todo Panamá. Decían que éramos el rival más débil, pero si estamos aquí es por algo", sentenciaba.

Su vida futbolística se ha fraguado como trotamundos. Lleva ya seis países diferentes y 15 clubes. Siempre maleta en mano. Tras debutar en Panamá Viejo, en 2003 se marchó a Colombia para jugar en envigado, Centauros, Deportivo Cali y Cúcuta. Tras una buena Copa Libertadores, el Hércules lo fichó en Segunda en 2007, pero su paso fue efímero. Tras 16 partidos de blanquiazul y 4 goles se marchó a Tigres, de la Liga MX. Pachuca sería su nuevo destino, del que también partiría hacia los Emiratos Árabes para ponerse la camiseta del Al Wals. Volvería a México para afrontar aventuras en San Luis, León e Indios. Ahora se encuentra inmerso en el reto de la MLS, que empezó en Dallas y que continúa en el Vancouver Whitecaps.

Su gran meta, a los 35 años, es disputar un mundial con Panamá: "Nos quedamos a las puertas en el último y no queremos quedarnos fuera en el próximo", comenta. El jugador marcó los dos tantos de su equipo y lo celebró como lo hace siempre, formando dos cuernos con sus dedos haciendo el torito: "Todos los goles que hago se los dedico, primero a Dios, y luego a mi padre. Falleció en 2012 y le llamaban el Toro. Por eso hago ese gesto".

Blas Pérez es toda una institución de la selección canalera a sus 35 años. Con el partido ante Bolivia suma ya 102 partidos con su país y 41 goles. Esto le coloca como segundo máximo goleador histórico de Panamá sólo por detrás de su compañero Tejada, que lleva 42.