Qué puede tener Robinho en prisión: los alimentos, ropa y objetos que están permitidos
Consulta la lista de artículos que puede atesorar el brasileño, quien debe cumplir una condena de nueve años de prisión por violación.
Robinho, quien fue detenido el pasado jueves en la ciudad brasileña de Santos después de que el Tribunal Superior de Justicia de Brasil decidiese que el exfutbolista del Real Madrid cumpliese la condena de nueve años de prisión en el país sudamericano por participar en una violación en grupo a una joven albanesa que se produjo en Italia en 2013, se encuentra ya recluido en la cárcel de Tremembé, en São Paulo.
Tras rechazar el alto tribunal brasileño el habeas corpus presentado por la defensa del exfutbolista del Real Madrid, este debe enfrentarse ahora a la dura realidad de las prisiones del país sudamericano, lo que se conoce por muchos como “el infierno en la tierra”.
Más información
El magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Brasil ha decidido sobre el caso del exfutbolista después de una larga sesión de declaraciones.
Acostumbrado a una vida de lujos fuera del penal por la privilegiada posición que el fútbol profesional le ha permitido disfrutar, aquí deberá habituarse a una existencia más austera, con limitaciones. Detallamos aquí las listas de aquello de lo que puede disfrutar el deportista en la cárcel.
Prendas de ropa que puede tener:
- Hasta dos pares de zapatillas de suela baja sin amortiguadores.
- Hasta dos pares de chanclas de suela fina con tiras de goma simples.
- Dos pantalones elásticos beige/caqui o sin estampado, sin botones, sin cremalleras y sin cordón.
- Dos camisetas para clima frío en color beige/caqui, sin capucha, sin forro, sin cremallera y sin bolsillo.
- Dos unidades pantalones largos en color beige/caqui con elástico y sin bolsillos.
- Dos camisetas blancas con cuello redondo y manga corta.
- Una unidad de camiseta blanca con cuello redondo y manga larga.
- Cinco mudas de ropa interior.
Alimentos que puede recibir de sus visitas:
- 500 g de bizcocho industrial sin relleno, sin trufa y sin graduación alcohólica.
- 500 g de pan de molde o tostada.
- 500 g de galleta industrial sin relleno, sin trufa y sin graduación alcohólica.
- 500 g de caramelo transparente sin relleno, sin trufa y sin graduación alcohólica.
- 500 g de leche en polvo.
- 300 g de chocolates industrializados y barritas dulces.
- 250 g de mantequilla o margarina.
- 100 g de condimento ya preparado.
Artículos de higiene personal que puede recibir en las visitas:
- Dos cuchillas de afeitar desechables con mango de plástico hueco.
- Una unidad de pasta de dientes en tubo de plástico (hasta 90 g).
- Dos jabones.
- Un cepillo de dientes.
- Un desodorante en barra, roll-on o crema.
- Un tubo de plástico de espuma de afeitar.
- Un champú (transparente y de hasta 500 ml).
- Un bote de acondicionador (transparente y de hasta 500 ml).
- Un rollo de hilo dental.
- Una caja de bastoncillos de algodón (con hasta 75 unidades).
- Una botella de enjuague bucal (de hasta 250 ml).
- Un protector solar (de hasta 200 ml).
- Una esponja para el baño.
- Una crema corporal hidratante (de hasta 250 ml).
Estos productos, según el Departamento de Administración Penitenciaria (SAP) del estado de São Paulo, solo pueden entregarse una vez por semana, por correo o personalmente.
Condiciones inhumanas
El atacante, que todavía no puede recibir visitas y está solo bajo observación, se encuentra ya en manos del sistema penitenciario brasileño, considerado uno de los más insalubres y peligrosos del mundo, según el informe de Human Rights Watch (HRW). “El infierno en la tierra”, es la frase que describe las condiciones insalubres y la violencia que se respira en los interiores de los centros penitenciarios de la nación sudamericana.
Las cárceles brasileñas ostentan desde hace muchos años un grave problema de hacinamiento, dado que hay alojados más de 600.000 reclusos, pese a tener una capacidad de 380.000. “Hay celdas tienen seis camas de cemento para 60 hombres y donde ni siquiera había espacio suficiente para que todos pudieran tumbarse en el suelo”, recoge el documento. Esta sobrepoblación de presos, de los cuales más del 50% están a la espera de ser condenados, favorece la propagación de enfermedades, como VIH o tuberculosis, debido a las condiciones inhumanas y antihigiénicas que hay en las celdas.
Los “llaveros” son el otro elemento a destacar en las prisiones brasileñas. Estas personas, la mayoría líderes de bandas organizadas, ostentan el control total de la cárcel, ya que, literalmente, tiene las llaves para moverse de manera libre por los interiores de las prisiones. El director de una prisión aseguró a Human Right Watch que hay funcionarios que “participan en las actividades ilícitas de estos llaveros y reciben sobornos”.
También se dedican a vender drogas y a intimidar a otros reclusos que tienen deudas con duras extorsiones. “El Estado ha metido a decenas de miles de personas en pabellones destinados a un tercio de esa cantidad, y ha entregado las llaves a internos que usan la violencia y la intimidación para manejar las prisiones como si fueran su propio feudo”.
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