Muere el arquitecto catalán Ricardo Bofill a los 82 años
El arquitecto y urbanista catalán cuenta con obras destacadas como el Hotel Vela de Barcelona, los jardines del Turia o el Parque del Manzanares.
El arquitecto catalán Ricardo Bofill ha fallecido este viernes a los 82 años de edad, tal y como ha confirmado el diario La Vanguardia a través de fuentes familiares. El urbanista, uno de los más cosmopolitas, internacionales e influyentes de su sector en nuestro país, deja un legado imborrable con obras en España, Estados Unidos, Francia o Japón que se han ganado un sitio en la historia de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX.
Nacido en Barcelona en 1939, estudió Arquitectura en la Escola Tècnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), pero sus ideas políticas en tiempos de censura y represión provocaron primero su detención y posteriormente su expulsión de la universidad. Se trasladaría entonces a Suiza, culminando sus estudios graduándose en Urbanismo y Arquitectura en la Haute École du Paysage, d'Ingénierie et d'Architecture de Ginebra. Inmediatamente después, en 1963, fundó el Taller de Arquitectura incluyendo a otros profesionales como el crítico Salvador Clotas, el poeta José Agustín Goytisolo o el economista Julián Romea. Este proyecto sigue más vivo que nunca en manos de sus hijos.
Las obras más representativas de Bofill
Entre las obras de Ricardo Bofill con más reconocimiento se encuentran el Hotel Vela de Barcelona, los jardines del Turia en Valencia, el Parque del Manzanares en Madrid, el Citadel Center de Chicago, el Casablanca Twin Center en Marruecos, el Antigone de Montpellier, el edificio Shiseido en Tokio, la sede de Swift en Bélgica, la de United Airlines en Chicago o la Muralla Roja de Calpe. Además, cuenta con proyectos de lo más representativos en otros países como China, Senegal o Italia.
Bofill, durante su exitosa trayectoria, logró diferentes distinciones de prestigio, como el Vittorio de Sica Arquitecture Prize, la distinción honoris causa en las universidades de Hamburgo (Alemania) y Metz (Francia), y varios galardones en París, Berna, Nueva York y Barcelona. En esta última, su ciudad natal, recibió la Cruz de Sant Jordi. Se marcha así uno de los arquitectos más destacados de la segunda mitad del siglo XX, el segundo que pierde Barcelona en apenas unos meses después del fallecimiento de Oriol Bohigas el pasado mes de noviembre.