5 actores que han puesto en riesgo su salud: "Si sigo haciendo lo mismo voy a morir"
Las transformaciones físicas de Christian Bale, Tom Hardy, Joaquin Phoenix o Matthew McConaughey en los últimos años han sido espectaculares, pero Robert De Niro fue el pionero
La historia del cine, sobre todo la de los últimos 20 años, está salpicada de varios ejemplos de transformaciones físicas ciertamente memorables. Christian Bale, Tom Hardy, Joaquin Phoenix o Matthew McConaughey han protagonizado alguna de las más espectaculares en varias películas diferentes, pero antes de que alguno de ellos siquiera soñara con ser actor, Robert De Niro (77) sentaba un precedente en Toro salvaje (1980), la cinta dirigida por Martin Scorsese sobre el boxeador Jake La Motta.
Robert De Niro: el pionero
Antes de que existiera Christian Bale, Robert De Niro era el rey de la transformación, y ninguna película lo muestra mejor que el clásico Martin Scorsese, donde se narra parte de la vida del púgil italo-americano fallecido en 2017, que llegó a ser campeón del mundo del peso medio y fue el primero en derrotar a Sugar Ray Robinson. El comportamiento autodestructivo dentro y fuera del ring de La Motta fue muy bien interiorizado por De Niro, que utilizó su físico para enfatizar esa faceta oscura del boxeador. En el momento del estreno de la película, el aumento de peso de 27 kilos de De Niro fue el máximo de cualquier actor para un papel, pero lo que lo hace particularmente especial fue pasó de un extremo a otro durante el rodaje.
Christian Bale: el digno sucesor
Capaz de alimentarse a base de café, agua, una manzana y una lata de atún al día (250 Kcal aproximadamente) para perder 27 kg y quedarse en los 55 kg con los que interpretó a su personaje en El maquinista (2004) o llegar al extremo contrario e ingerir unas 4.000 Kcal al día para lograr el físico imponente que requería la ocasión para dar vida a Batman en la gran pantalla, lo cierto es que Christian Bale (45) ha vivido en una continua montaña rusa en lo que a su peso se refiere. “He terminado con los cambios drásticos de peso. Me he vuelto un poco más aburrido con la edad y siento que si sigo haciendo lo mismo que hasta ahora, voy a morir”, bromeaba Bale (47), cuyas transformaciones en The Fighter (2010), que le valió un Oscar, American Hustle (2013) o Vice (2018) han sido también sorprendentes.
Tom Hardy: el más camaleónico
Tom Hardy (43) no le va a la zaga a Bale y a lo largo de su carrera, que arrancó con la mítica serie Band of Brothers, ha adoptado diferentes apariencias que han requerido de muchas horas de gimnasio y otras tantas de maquillaje. “Se paga un precio después de cualquier cambio drástico. Es más fácil cuando eres joven y probablemente ya he dañado mi cuerpo lo suficiente. A medida que cumples años es más complicado porque debes cambiar tu aspecto rápidamente y no es tan sencillo cuando además estás rodando continuamente. Pasar de un extremo a otro es duro y ya tengo algunas articulaciones que suenan cuando no deberían”, explica el inglés al que ha sido complicado reconocer en El caballero oscuro o como Al Capone.
Joaquin Phoenix: el Joker definitivo
Para meterse en la piel del Joker, el actor nacido en Puerto Rico, se sometió a una dieta restrictiva que en su momento tuvo que puntualizar ya que corría el rumor de que se alimentó exclusivamente con una manzana al día durante cuatro meses para perder los 23 kilos requeridos por el papel. Y, aunque algo de cierto había en los rumores, no solo de manzanas vivía el Joker. "No solo me alimentaba con una manzana al día. También tomaba otros vegetales como lechuga y judías verdes al vapor. No es algo nuevo en mi carrera y además realicé la dieta bajo supervisión médica por lo que en todo momento estaba controlado y dentro de parámetros. saludables", aseguró Phoenix (46) a Access, que de hecho es vegano y participa activamente en campañas en defensa de los animales.
Matthew McConaughey: 20 kilos que valen un Oscar
El actor de Texas es otro de los que han tenido que hacer grandes esfuerzos para ponerse en la piel de uno de sus personajes. McConaughey (51) tuvo que perder casi 20 kilos para rodar la película Dallas Buyers Club. Para llegar a ese aspecto tan delgado y demacrado que muestra en la cinta, que le valió el Oscar en 2014, tuvo que adherirse a una dieta hipocalórica en la que se alimentó de fuentes de proteína como pescado o pollo, pero también verduras o claras de huevo regadas con alguna Coca Cola light. “No voy a mentir. La dieta fue extrema. Perdía cuatro kilos por semana”, aseguró en su momento.