Pólvora, un rotundo estallido de sabor que sorprende buscando volver a la esencia

El segundo proyecto del Grupo Vespok 360 nos engancha gracias a un seductor juego de detalles que aúnan decoración, música y gastronomía.

Actualizado a 15 de febrero de 2021 11:26 CET

Tras pasar la entrada de Pólvora incita a dejarse envolver por una melosa música a ritmo de bolero y acomodarse en sus cómodas sillas tapizadas de terciopelo. Elegantes lámparas de araña, grandes espejos retro, cortinas aterciopelas que nos envuelven de glamour tentándonos a sucumbir a su seductora carta. Platos innovadores con sorprendentes juegos de sabores, que su chef, Gonzalo Sainz, esboza con cariño para enamorar al comensal. Un profesional de renombre que tras su paso por Dstage deja volar su imaginación en los fogones de Pólvora.

Al frente del proyecto, Álvaro Aguiar, Pablo Casas y "Pucho"; (Ignacio Suárez de Toledo), tres amigos de la infancia con un asombroso espíritu emprendedor que no cesan en su empeño de mejorar día a día. Cuidando al máximo cada detalle, en concordancia con la filosofía del Grupo Vespok, haciendo alusión al término británico bespoke que significa, a medida, se esfuerzan constantemente en ofrecernos una experiencia inolvidable. Procedentes del mundo de los eventos y del sector discográfico se lanzaron con El Rincón de Vespok al vertiginoso mundo de la hostelería, saltando a la fama con Pólvora. No contentos con ello, próximamente inaugurarán su tercer local, Salitre. Al lado de Pólvora. Un nuevo espacio. Un nuevo concepto. Una nueva sorpresa a nivel gastronómico que sin duda, generará una gran expectación.

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En esta ocasión decidimos confiar plenamente en el saber hacer de su maître, el encantador y profesional Juan, poniéndonos en sus manos para dejarnos sorprender por la propuesta culinaria de Pólvora.

La experiencia de sus platos

Empezamos con una refrescante cerveza acompañada de un elegante aperitivo de salmón ahumado con mantequilla y toque de guacamole. Un acertado detalle de bienvenida que dio paso a unas sabrosas zamburiñas con papada. Una innovadora receta rebosante de sabor que funciona a la perfección. Continuamos con un explosivo sam de atún picante que nos dejó sin palabras antes de pasar a unas curiosas y deliciosas croquetas de guiso y cigala. Crujientes por fuera, sumamente cremosas por dentro y coronadas con una fantástica cigala, se convierten en un bocado que no puede faltar cuando se visita Pólvora. El sándwich cubano que las sucedió llegó a la mesa a ritmo de los Panchos, trasladándonos a exóticos destinos mientras nos fundíamos con la esencia de Pólvora. A pesar de que el listón estaba alto, la alcachofa al carbón logró no solo estar a la altura, sino conquistar nuestro paladar con su acertada mezcla de sabores y texturas. Otro de los platos estrella que merece la pena probar son los noodles con gambas y salsa satai, con un toque dulzón y una temperatura perfecta, nos condujeron irremediablemente al apartado de los postres. Otro de los puntos fuertes de Pólvora. Su emblemática tarta de quesos ahumados, elaborada al momento, llegó humeante, cremosa, una deliciosa tentación que no en vano ha logrado un gran número de adeptos incondicionales que va en aumento. También merece la pena sucumbir a la tarta de chocolate. Un elegante coulant con un delicioso interior cremoso que lamentablemente anunció el fin de nuestra comida en Pólvora.

Pólvora, un rotundo estallido de sabor que sorprende buscando volver a la esencia