Jennifer López y A-Rod fueron a terapia para salvar su relación durante la pandemia
La cantante y el exjugador norteamericano han reconocido que tras el confinamiento precisaron de ayuda profesional para conseguir reconducir su relación.
Uno de los daños colaterales que ha provocado la llegada de la COVID-19 desde hace un año a nuestras vidas ha sido la ruptura de miles de parejas en todo el mundo, también aquellas que acumulaban un mayor número de seguidores y repercusión mediática. El confinamiento ha hecho un flaco favor a la convivencia entre parejas y muchas de éstas no han conseguido superar la exigente prueba que ha supuesto estar encerrado en casa todo el día. Una de las excepciones fue la de Jennifer López y el exjugador de béisbol Álex Rodríguez (más conocido como A-Rod).
La cantante y su pareja no llevaron bien el confinamiento
Si bien su relación también se sometió a esta prueba a comienzos del mes de marzo, al encierro se le sumó un nuevo revés en forma de la suspensión de su boda, prevista para el pasado verano. Que ambos no pasasen por el altar en los meses posteriores a su decisión no significó que se lo hubiesen pensado mejor, sino que las circunstancias no favorecían la libre celebración de la misma con total seguridad, aunque meses después hemos conocido que esta decisión les afectó anímicamente.
La cantante norteamericana ha sido la protagonista del último número de la revista 'Allure', donde además de impactar con su nuevo cambio de 'look' ha reconocido cómo vivió los duros meses de confinamiento con su pareja. "Nos pusimos manos a la obra", comienza reconociendo: "Hicimos terapia. Creo que fue muy útil para nosotros en nuestra relación", añadió. La dificultad por la que decidieron acudir a la ayuda de un profesional fue precisamente por permanecer en casa, y es que tanto la artista como el exjugador lo llevaron de formas muy diferentes.
"Extraño ser creativa y correr. Pero Álex, de todas las personas, me dijo: 'Me encanta. Me encanta estar en casa. Me encanta hacer videollamadas. Me encanta saber que los niños están ahí, y que tú estás ahí todo el tiempo'", reconoció. Por supuesto, la suspensión de su boda también fue un hándicap que ambos tuvieron que superar: "Habíamos estado planeándolo durante meses y meses. Tal vez ese no era el momento adecuado. Empiezas a pensar en todas las cosas, en cómo todo tiene su tiempo y su momento perfecto y divino".