Cafú completa un año para el olvido: cierra su fundación por problemas financieros
El laureado lateral brasileño perdió a su hijo en septiembre y ahora se ve obligado a terminar con su labor en su barrio de Sao Paulo.
La fundación que Marcos Evangelista de Moraes 'Cafú' creó con el objetivo de combatir la desigualdad en el barrio de Sao Paulo donde se crio, ha anunciado su cierre después de dieciséis años por problemas financieros. Diversas fuentes de la institución aseguraron que uno de los principales motivos que han llevado a esta decisión ha sido la falta de apoyo por parte de patrocinadores, estos "desaparecieron" desde "inicios de 2018" haciendo imposible el mantenimiento de la fundación.
En un comunicado emitido en su página web, destacan que 2018 y 2019 fueron años "duros" y "muy difíciles" por los problemas económicos pero más todavía para un Cafú que el pasado mes de septiembre tuvo que soportar la pérdida de su hijo que murió víctima de un infarto con tan solo 29 años mientras jugaba al fútbol con amigos.
"Fueron dieciséis años de mucho trabajo, dedicación y compromiso con una causa genuina y verdadera (...) Fueron centenas de niños y familias asistidas. Formamos profesionales, padres y madres de familia y jóvenes de bien", expresaron desde la fundación en el mismo medio después de una labor ejemplar en Jardim Irene, un barrio humilde de la ciudad brasileña en la que el lateral comenzó una trayectoria de éxito.
Su actividad comenzó en 2004 y desde entonces, según sus datos, consiguieron prestar atención a 950 personas con el fin de "alejarlos de las calles para que no fueran influenciados de forma negativa". Así, instruían a niños con iniciativas culturales y deportivas en las que también podían participar tanto adolescentes como adultos.
"No queremos ver este día con tristeza y sí con alegría y con la cabeza alta, por la convicción de que cumplimos un papel fundamental dentro de esta comunidad, que transformamos vidas y que hicimos lo máximo que pudimos", añadieron. Cafú suma así un año 2019 para el olvido que termina con una de las peores noticias para su barrio, un lugar que siempre ha llevado dentro. Prueba de ello fue que en la final del Mundial de 2002 frente a Alemania, llevaba una camiseta con el mensaje "100% Jardim Irene".