El último acosador de Taylor Swift, condenado a cuatro años de prisión
Roger Alvarado ha sido condenado tras reincidir por tercera vez colándose en la vivienda de la cantante, que ya ha sufrido más de un episodio desagradable con fans desequilibrados.
La artista Taylor Swift no es ajena a la inquietante experiencia de tener que lidiar con admiradores mentalmente inestables y acosadores (uno de los cuales amenazó con asesinarla y violarla), sin embargo, el último en querer asaltar forzosamente la vida privada de la artista ha demostrado ser escalofriantemente insistente. Roger Alvarado (23) irrumpía en el apartamento de Manhattan de Swift por tercera vez el pasado mes, haciéndolo de hecho durante su libertad provisional tras su última estancia en prisión, en la que se hayaba cumpliendo sentencia precisamente por su anterior invasión al espacio íntimo de la estrella de pop.
Esta vez la justicia ha decidido no dar más oportunidades al joven, que ha sido condenado a cuatro años de cárcel tras reconocerse culpable de violar su orden de alejamiento y de los cargos interpuestos por acoso y robo. Albarado había sido liberado en febrero tras cumplir seis meses de pena y ser obligado a llevar a cabo un tratamiento psiquiátrico para curar su enfermiza fijación con Swift.
Sin embargo, el pasado marzo, solo un mes después de su liberación, el joven se plantó ante la residencia de la cantante en el vecindario neoyorquino de Tribeca y subió a su zotea con ayuda de una escalera que robó de unas obras cercanas. Una vez allí logró penetrar en el interior de la casa tras romper el cristal de la puerta y causar unos daños valorados en 4000 dólares. El equipo de seguridad de la artista, que no se encontraba en el momento en su domicilio, detectó al intruso a través de las cámaras de seguridad y llamó de inmediato a la policía.
Durante su anterior condena por colarse en la vivienda de la cantante (llegando a ducharse y acostarse en su cama), el joven declaró al medio 'Page Six' que estaba dispuesto a volver a repetir su crimen: "Probablemente, con más violencia, aunque no hacia ella. No quiero hacerla daño. Solo quiero hablar con ella. Parece simpática y genial".
Además, Alvarado también manifestó entonces, de manera extraña, que no se consideraba un "superfan" de la intérprete, pues prefería escuchar hip hop. Por otro lado, cuando se le preguntó por la razón por la que no había tratado de conocer a Swift en un concierto, sin necesidad de cometer un delito, respondió que esa posibilidad "no se le había ocurrido".
Ahora el joven tendrá que pagar sus actos con una larga estancia en prisión. Además, la jueza de la Corte Suprema de Manhattan le ha prohibido tratar de contactar de ninguna manera con Taylor Swift, ni con llamadss telefónicas, ni con cartas ni a través de vídeo.