Confirmación de que Keith Flint, vocalista de The Prodigy, se suicidó
El cuerpo del cantante británico, de 49 años de edad, ha sido encontrado sin vida esta mañana en su domicilio. Uno de sus compañeros en la famosa banda ha declarado que se trataba de un suicidio.
Keith Flint, uno de los líderes de la pionera banda de música rock electrónica The Prodigy, ha fallecido hoy a las 8:10 en su casa ubicada en el condado de Essex, próximo a la capital inglesa. La policía se ha presentado en la vivienda del cantante tras recibir un aviso telefónico que informaba de un hombre inconsciente. Según declaraciones hechas por los agentes al medio The Guardian, recibieron la llamada de "una señora preocupada por el estado de un hombre en una dirección en Brook Hill".
Tras personarse en el lugar acompañados de una ambulancia, la policía confirmó la muerte del individuo, al que identificaron como Keith Flint. Se ha confirmado también que "la muerte no está siendo tratada como sospechosa", y que se están preparando ya los expedientes oportunos para las autoridades forenses y el juez de instrucción. La noticia ya ha sido también comunicada a los familiares del artista.
Keith Flint inició su carrera musical en la escena underground y en el mundo de las raves a comienzos de los años 90. Junto a The Prodigy, se convirtió en uno de los pioneros de la música electrónica, y la banda llegó a convertirse en una de las más famosas de Reino Unido a finales del pasado siglo. Flint, que fue uno de los motores principales en la formación de la banda junto con Howlett, llevó al principio el papel de bailarín del conjunto, antes de empezar a poner la voz a raíz del sencillo Firestarter, uno de los temas más aclamados y reconocidos de The Prodigy.
Con una marca estética claramente punk, unas actuaciones en vivo poderosas y unas bases musicales que experimentaban con estilos variados como el hardcore tecno o el big beat, Flint y sus compañeros, Howlett, Leeroy Thornhill, y Maxim Reliaty, llegaron a pegar muy fuerte durante años, consiguiendo vender más de 25 millones de discos y llegando incluso a recibir varias nominaciones a los Premios Grammy.
El infierno de las adicciones
El propio Keith admitió, no obstante, que los integrantes de la banda comenzaron a tener conflictos importantes debido al fuerte abuso de alcohol y drogas. Unas adicciones en las que el artista confesó en su día estar atrapado durante una década, pero que consiguió dejar atrás para centrarse exclusivamente en la música, a la que llegó a denominar como su "nuevo narcótico".