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Virginia Woolf: así fue la nota de suicidio de la escritora británica

Destacada figura del modernismo anglosajón del siglo XX y del feminismo, había intentado suicidarse en otras dos ocasiones

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Virginia Woolf: así fue la nota de suicidio de la escritora británica. Foto: Google

Hoy Google homenajea con su doodle a Virginia Woolf, la escritora británica, figura del modernismo anglosajón del siglo XX y del feminismo internacional, nacida el 25 de enero de 1882 y fallecida el 28 de marzo de 1941, tras llenarse los bolsillos de piedras y se sumergirse en el río Ouse.

Esa no era la primera vez que Woolf, que moría a los 59 años, trataba de suicidarse. En 1904, cuando contaba con 22 años, la autora de la novela La señora Dalloway (1925), se tiró por la ventana y nueve años más tarde ingería cinco gramos de veronal, sin conseguir su objetivo en ninguna de las dos ocasiones.

Atormentada por un mundo incomprensible para ella desde niña, en 1930 le confesaba sus pensamientos a su amiga Ethel Smyth, la famosa sufragista: "A veces retumba como un trueno dentro de mí el sentimiento de la total inutilidad de mi vida".

Los periódicos se equivocaron

Tras su muerte, los periódicos de la época aseguraron que Virginia Woolf no había podido soportar el terrible conficto bélico por la que atravesaba Europa, pero citaron mal su nota de suicidio: "Tengo la sensación de que me voy a volver loca de nuevo y ya no puedo continuar en estos tiempos tan terribles", escribieron en el Sunday Times of London.

«La señora Woolf era sin lugar a dudas de una extremada sensibilidad y se sentía más responsable que la mayoría de la gente ante la brutalidad de los hechos que están ocurriendo en el mundo en la actualidad», explicaba al diario el médico forense responsable de la autopsia.

Los verdaderos motivos

El día que Virginia Woolf se suicidó dijo a su marido su marido Leonard y su ama de llaves, Louie, que iba a dar un paseo de media hora. Antes de dirigirse al río donde se ahogó, dejó varias notas repartidas por toda la casa para su esposo y su hermana Vanessa.

"Querido, quiero que sepas que me has dado felicidad absoluta. Nadie podría haber hecho más de lo que tú has hecho. Por favor, créelo", le decía a Leonard. "Sé que nunca me voy a recuperar de esto: y estoy desperdiciando tu vida. Es una locura. Nada de lo que nadie me pueda decir me va a persuadir. Puedes trabajar, estarás mucho mejor sin mí. Ya ves que ni siquiera soy capaz de escribir esto, lo que demuestra que tengo razón" agregaba.

"Todo lo que quiero decir es que hasta que esta enfermedad apareció, éramos perfectamente felices. Todo fue gracias a ti. Nadie podría haber sido tan bueno como has sido tú, desde el primer día hasta ahora. Estoy convencida de que me estoy volviendo loca de nuevo. Siento que no podemos volver a pasar por terribles momentos como aquellos. Y no me recuperaré esta vez", decía otra de las notas.

Aunque su marido trató de aclarar a los periódicos que "Sufrió una depresión hace unos 25 años; los viejos síntomas volvieron a aparecer unas tres semanas antes de que terminara con su vida, y pensó que esta vez no mejoraría", nadié le escuchó.

Su cuerpo fue encontrado por unos niños dos semanas después cuando fue arrastrado por la marea, cerca del puente de Southease.

Figura universal

Fue una de las figuras más significativas de la sociedad literaria de Londres y miembro del grupo de Bloomsbury. La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando: una biografía (1928), Las olas (1931), Una habitación propia (1929), uno de los textos más citados del movimiento feminista, son algunas de sus obras más universales.