GRAN CAMBIO

Gabourey Sidibe celebra en bikini su pérdida de peso

La nominada al Oscar por su papel en Precious se ha sometido a una cirugía y ha perdido 77 kilos

Gabourey Sidibe celebra en bikini su pérdida de peso. Foto: Instagram

La actriz Gabourey Sidibe, que alcanzó la fama internacional gracias a su papel en la película Precious (2009), ha publicado un vídeo en bikini tras someterse a una operación para perder peso.

La intérprete se sometió hace un año a una cirugía bariátrica laparoscópica para luchar contra la diabetes tipo 2 que padecía. Ahora su vida es muy diferente y ha querido celebrarlo en Instagram con una imágen en traje de baño.

El clip de la nominada al Oscar cuenta ya con más de 250.000 reproducciones y miles de comentarios de sus fans alabando su nuevo estilo de vida.

Antes de la intervención, Gabourey, de 34 años, pesaba 170 kilos y la obesidad mórbida que padecía estaba causando estragos en su salud. De momento la actriz ya ha logrado bajar 77 kilos.

Gabourey en una foto de 2010 (izquierda) y en una imagen actual (derecha)
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Gabourey en una foto de 2010 (izquierda) y en una imagen actual (derecha)

Con la pérdida de peso asegura que ha ganado seguridad en sí misma y ha comenzado a protagonizar portadas de revistas e, incluso, a utilizar sus redes sociales para colgar selfies que antes no se atrevía a publicar, según ella misma ha confesado.

Solía odiar las selfies en el espejo. Ahora lo hago cada día”, escribía Sidibe en otra sus publicaciones.

Bulimia y depresión

Gabourey ha hablado en su libro This Is Just My Face: Try Not to Stare (Esta es simplemente mi cara, intenta no mirar fijamente), de su sobrepeso y de la operación. Pero también de la bulimia y la ansiedad que ha padecido desde que era una adolescente.

“No me sometí a la operación para ser bella. Lo hice para poder andar cómoda con tacones. Hacer volteretas. No quiero padecer dolor cada vez que subo un tramo de escaleras” revela en su libro.

Ayudada en su radical cambio por un nutricionista y un entrenador personal, asegura que ha aprendido a quererse: “No hay nada feo en mí. Alguien que trate de convencerme que soy fea está perdiendo el tiempo. Si me hubiese tratado mejor antes, no habría perdido tantos años odiándome a mí misma”, concluye.