CASO RESUELTO

El autor del robo de las joyas de los Goya se entrega a la policía

Un operario de la gala ha confesado el delito y ha devuelto las alhajas. Ha asegurado que no forzó la puerta y que pensó que eran 'baratijas'.

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Bárbara Lennie en la alfombra roja de la 31ª edición de los Premios Goya.

El sonado caso del robo de las joyas, valoradas en 30.000 euros, que se produjo en el Hotel Marriott Auditorium de Madrid durante la ceremonia de los Premios Goya ya está resuelto. Según informa El País, a las 8 de la tarde del día de ayer un técnico de iluminación de la empresa Ilunión, que había sido subcontratada para la realización de la gala, se presentó en la comisaría del distrito madrileño de San Blas, a cargo de la investigación, para declararse culpable y devolver las alhajas.

Acompañado de un jefe de producción, el hombre, de 50 años y sin antecedentes policiales, se ha reconocido como el único autor del robo de los cuatro juegos de gemelos, la sortija y los pendientes que la joyería Suárez había prestado para el evento y que habían desaparecido.

Estas joyas se encontraban en una estancia del hotel ubicada detrás del escenario que la organización había alquilado y habilitado como vestuario de los asistentes en la 31ª edición de los Premios Goya y que carecía de sistemas de videovigilancia. El operario ha asegurado que accedió a la habitación sin forzar la puerta y que encontró las cajas detrás de una pantalla de televisión y las sustrajo para "tenerlas de recuerdo" pensando que se trataban de "baratijas".

Según indica El País, el detenido será probablemente acusado de un delito de hurto, al no haber empleado la fuerza al robar las joyas, por el que el Código Penal recoge una condena de seis a 18 meses de prisión, en caso de que el valor de lo sustraído supere los 400 euros. Pero su condena podría verse reducida aplicando la atenuante de confesión.

El diario también señala que, considerando la naturaleza del robo y el hecho de que el hombre carece de antecedentes policiales, lo más probable es que quede en libertad con cargos a la espera de ser citado por el juzgado que instruya el caso.