Serena, mujer de éxito también fuera de las pistas
La tenista americana cuelga la raqueta y atrás deja un glorioso palmarés deportivo, junto a un, no menos importante, enorme patrimonio económico.
Serena Williams se encuentra en el foco mediático de forma ‘repentina’ tras varios años lejos de su mejor nivel en la pista después de dar a luz. La originaria de Michigan es una de las personalidades deportivas y mediáticas más influyentes del siglo XXI. A su poderío físico, con el que anulaba a sus rivales y las dominaba a su antojo, hay que sumarle un aspecto igual de trascendental como es el manejo de su exposición pública y económica, algo en lo que la ex-numero uno del mundo es toda una fuera de serie. La experiencia que el tiempo le ha ido otorgando, se ha puesto de manifiesto para la menor de las Williams en los negocios y en cómo saber gestionar todo un imperio.
Según la revista Forbes, la ganadora de 23 Grand Slams es una de las 100 mujeres más ricas del planeta con un patrimonio de unos 260 millones de dólares siendo además la única deportista que aparece en la primera centena de nombres. Todo esto responde a la marca de Serena Williams (SW), ya que se trata de una de las caras visibles de Nike y de Prosche, algo que le supone, según la revista, unos 44 millones de dólares anuales. El resto del montante, se correspondería con los ingresos generados por su empresa: ‘Serena Ventures’, moviéndose en los más diversos campos del mercado: criptomonedas, alimentación, psicología, franquicias deportivas, etcétera. El deporte es uno de los filones donde Serena Williams tiene puesto el ojo. Y así lo hizo cuando invirtió, entre otros, en el equipo de fútbol americano Miami Dolphins o el equipo de fútbol Angel City FC, clubes de los cuales es accionista.
Pero sin duda alguna, pocos enlaces empresariales más rentables han existido que el Serena-Nike. Se podría definir como una relación de amor idílica. Desde que firmara su primer contrato allá por 2003 a razón de cinco años y 40 millones de dólares, la tenista ha ido renovando al alza cada uno de sus contratos, hasta el punto de diseñar junto a Nike una equipación especial de diamantes con unos zapatos de oro de 1,5 quilates de cara a su última participación en el Abierto norteamericano. Esto puede servir como ejemplo del enorme beneficio mutuo que obtienen ambas partes y el emblema que Serena Williams significa para Nike, y que con su retirada, supone el fin de un ciclo, su The last dance particular.
Imagen pública
Desde que saliera a la palestra pública cuando con 21 años era la número uno del mundo, la actividad pública de Serena comenzó a ir en aumento exponencialmente. Quizá en ocasiones hasta de forma desmedida, algo con lo que la deportista ha sabido lidiar de manera muy satisfactoria durante las últimas dos décadas, pero que, en ocasiones, le ha costado momentos de tensión o malentendidos con algún periodista o fan.
Todo esto la empujó a ser toda una líder y le ha servido para conseguirlo todo durante 20 años, convirtiéndose en una referente social y deportiva para gran parte del mundo. Sus reivindicaciones en momentos clave acerca de temas polémicos, le han otorgado ese roll, donde la jugadora se desenvuelve como pez en el agua, tratando temas como la equiparación salarial en el deporte, la brecha racial en EE.UU... Siempre con ese carisma de campeona y ese gen competitivo, Serena se ha convertido también en una auténtica mujer de éxito en el mundo empresarial.