Nikola Gnjatovic, el otro Djokovic que cayó en la heroína
El medio serbio Sportal recoge la historia de este tenista que llegó a ser el mejor tenista del país antes de caer en la adicción a las drogas.
Serbia puede presumir en la actualidad de tener al mejor tenista de la historia en títulos de Grand Slam, el serbio Novak Djokovic, con sus 24 grandes, aunque sin embargo antes de ‘Nole’ pudo haber otra figura destacada en el tenis serbio: Nikola Gnjatovic.
El medio serbio Sportal recoge su historia este jueves con este titular que habla de la magnitud que habría podido tener Gnjatovic de no haber caído en las drogas. “Si no fuera por la heroína habría sido otro Novak Djokovic”.
Una carrera que empezó con Gnjatovic ganando numerosos títulos nacionales en Serbia. “Dragan Serer, mi primer entrenador, me propuso ir al torneo de Porec y fue una decisión valiente, porque además gané ese torneo y eso hizo que Goran Bubanj me llevase al Partizán. Allí fui campeón nacional con menos de 10 años por delante de nombres como Ivo Karlovic o Ivan Ljubicic. Hasta los 18 años fui campeón de Serbia en todas las edades y ganaba en los entrenamientos a Nenad Zimonjic, tres años mayor que yo. Pero en el Partizán no me ayudaron a lograr un contrato profesional y me fui al Estrella Roja y allí fui campeón de Serbia sub-18 con tan solo 16 años”.
El nivel de Gnjatovic no se quedó ahí, ya que derrotó a grandes figuras del tenis durante su etapa juvenil antes de que empezaran sus problemas. “Jugué para Serbia en la Copa Davis ante Turquía y Marruecos con Tipsarevic, Vemic y Tosic. Y antes de eso había ganado en mi etapa de juvenil a Marat Safin y Fernando González y gané a Roger Federer en un entrenamiento. Me convertí en el sparring de Jelena Jankovic y firmé un contrato con Head, que también patrocinaba a Goran Ivanisevic. Entonces recibií un contrato para ser entrenador en el club Prohema de Brcko, en Bosnia. Allí trabajo con un colega y amigo que era adicto a las drogas, pero yo no lo sabía en ese momento”.
Un Gnjatovic que relataba de esta forma el infierno en el que se convirtió su vida tras caer en las drogas. “Consumí heroína por primera vez con 21 años. Ahí empezó mi infierno. Me endeudé, me enganché a las drogas y empecé a robar para lograr mi dosis. Intento seguir jugando al tenis pero no me sirve. Mi familia se desmoronaba y mi vida era un completo desastre. Me ingresaron en el hospital más de diez veces. Durante 17 años viví todos los horrores que traen las drogas”.
Un pasado aún le sigue afectando como entrenador, ya que muchos recomiendan que no les lleven a sus hijos, aunque Gnjatovic asegura que jamás le daría drogas a un niño. “Muchos exjugadores y compañeros les dicen a los padres de los niños a los que entreno que soy un exdrogadicto y que no deberían entregarme a sus hijos para que les enseñe tenis. Yo nunca, ni siquiera en los momentos más difíciles, he traficado con drogas ni se las daría a ninungún niño. ¡Antes preferiría cortaría una mano! Nunca he olvidado el tenis. Sé reconocer un niño con talento y, a diferencia del noventa por ciento de los entrenadores, si veo que un niño no tiene talento para el tenis, se lo digo a sus padres y no les miento”.
Sin embargo, una vez superado este dramático episodio, Gnjatovic quiere enmendar sus errores forjando el campeón que el nunca pudo ser por culpa de las drogas. “Quiero trabajar, formar a niños superdotados para el tenis y gracias a Dios Serbia está lleno de ellos. Sé lo que pasé, ha sido una escuela de la vida demasiado para mí, y por eso puedo decirle a cada niño que esté lo más lejos de las drogas, que eso es la muerte. Aún conozco mis trucos de tenis para enseñar a los niños. Quiero darle a Serbia nuevos campeones, un nuevo Novak Djokovic, una nueva Ana Ivanovic, una nueva Jelena Jankovic y, por qué no, un nuevo Nikola Gnjatovic como siempre debía haber sido: un campeón y el más fuerte”.
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