Amenaza sobre Sinner: pedirán entre uno y dos años de sanción

Mientras se prepara para volver a las pistas, Jannik Sinner también va disputando su otro partido. La próxima semana, el italiano participará en el ATP 500 de Doha, su primer torneo tras revalidar título en el Open de Australia. La vida competitiva del número uno del mundo continúa mientras, en el horizonte, se vislumbra el final de su caso por presunto dopaje. Este jueves, en declaraciones para La Stampa, el director de comunicación de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), James Fitzgerald, detalló la posición de la organización en el caso, que se resolverá en la audiencia a puerta cerrada que celebrará el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) los días 16 y 17 de abril, ocho meses después de conocerse el doble positivo por clostebol del italiano. De forma resumida, la AMA pedirá una suspensión de entre uno y dos años, pero sin solicitar la cancelación de ningún resultado más.

“Creemos que la conclusión de que no hubo culpa ni negligencia no es correcta según las reglas actuales y solicitamos un período de suspensión de entre uno y dos años. La AMA no solicita la cancelación de ningún resultado, salvo los ya impuestos en primera instancia”, desvela Fitzgerald en el mencionado medio italiano. La demanda llega después de que, en agosto, la Agencia Internacional de Integridad en el Tenis (ITIA, por sus siglas en inglés) absolviera a Sinner de cualquier tipo de suspensión. En dicho momento, a través de un proceso que generó mucha polémica por haberse llevado totalmente en secreto, la ITIA sólo estimó castigar al italiano perdiendo el dinero y los puntos logrados en el Masters 1.000 de Indian Wells, torneo en el que se produjo el doble positivo.

Ahora, el número uno del momento se enfrentará a otro proceso cuyo desenlace puede ser determinante tanto para su carrera como para el devenir del tenis masculino mundial. En su primera defensa, Sinner se escudó en que la presencia de clostebol, un esteroide anabólico, se debía a una contaminación involuntaria. Según su versión, aceptada tras una investigación independiente, el producto llegó a su cuerpo porque su fisioterapeuta se estaba aplicando en un corte del dedo un producto que lo contenía. Desde entonces, y tras despedir tanto a su preparador físico (Umberto Ferrara) como a su fisioterapeuta (Giacomo Naldi), el italiano siempre ha defendido su inociencia. “Si supiera que soy culpable, no jugaría así, y ya está. Todo salió de una manera muy positiva, y todavía creo que va a ser así. Eso es todo. Por el momento, no estoy pensando en esto”, aseguró en Melbourne.

Durante las próximas semanas, el caso sí estará muy presente en su día a día. Y también en el del tenis y el deporte mundial, que hasta podría sufrir cambios importantes en materia de dopaje debido a todo lo ocurrido. Tal y como ya adelantó el director de la AMA, Olivier Niggli, se están planteando nuevas opciones para abordar casos en los que la contaminación sea muy pequeña (en el de Sinner, fue de menos de una milmillonésima parte por gramo), con la creación de “nuevos umbrales” para “no encontrar todos estos casos”. “A lo largo de los años, los límites mínimos de notificación de diversas sustancias se han ido ajustando para garantizar la equidad para los deportistas que ingieren involuntariamente una sustancia prohibida, así como la protección frente a quienes quieran hacer trampas. Puedo confirmar que las normas relativas a la contaminación se están examinando como parte de la revisión en curso del Código Mundial Antidopaje”, ratificó Fitzgerald. El ‘caso Sinner’ irá más allá de lo que ocurra en abril.

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