Alcaraz es incansable: arrolla a Rinderknech y vuelve a semifinales
El español, tras la maratón contra Munar, ‘respira’ contra el francés y alcanza la penúltima ronda de Queen’s por segunda vez en su carrera, contra Roberto Bautista.


Carlos Alcaraz cerró su sufrida victoria contra Jaume Munar cuando asomaban las 20:30 de la tarde, después de 3h23 de partido. En tres sets y sobre hierba, una maratón empalagosa por estas fechas. Un puñado de horas después, este viernes a mediodía, ya estaba calentando en las instalaciones del Queen’s Club de Londres, con especial atención a su saque, con el que había terminado descontento contra el balear. Así es el tenis. Así es Carlitos, que aprende rápido. A mayor velocidad, impecable al servicio y hasta recuperando aire (7-5 y 6-4 en 1h20), superó al francés Arthur Rinderknech, de 29 años y 80º del mundo, para alcanzar las semifinales del ATP 500, en las que este sábado (no antes de las 15:30, por Movistar Plus+) se medirá con su compatriota Roberto Bautista (37 años y 51º), brillante ganador sobre Holger Rune (7-6(5), 6(4)-7 y 6-2 en 2h26). Por el otro lado, tratarán de alcanzar la final Jiri Lehecka (23 y 30º) y Jack Draper (23 y 6º). Allí estará, sí o sí, un representante de la Armada, teñida de verde esperanza.
Contra Rinderknech, Alcaraz alargó su mayor racha ganadora de siempre, que ahora está en 16 victorias seguidas, y sumó su 40º triunfo de la temporada, siendo el primer jugador en alcanzar dicha cifra este año. Muy cerca de ella está en cuanto a semifinales en el circuito. Con esta de Queen’s, ronda que ya alcanzó en 2023, cuando se hizo con el título, ya van 39. A sus 22 años y después de ganar su quinto Grand Slam en una final de Roland Garros aún muy nítida en la memoria de todos. También en la de Jannik Sinner, que sí está acusando la fatiga (física y mental) en su transición de tierra a hierba (la más complicada, según muchos), tal y como demuestra su tropiezo en Halle. Con el italiano fuera de juego, el español aún quiere aprovechar más estas tardes londinenses, que le acercan, pasito a pasito, a un número uno aún lejano (lo tiene a 1.430 puntos de forma virtual). Lo sabe. Lo quiere.
𝗨𝗡 𝗥𝗢𝗗𝗜𝗟𝗟𝗢 𝗟𝗟𝗔𝗠𝗔𝗗𝗢 𝗖𝗔𝗥𝗟𝗜𝗧𝗢𝗦🌪️💥
— Tenis en Movistar Plus+ (@MovistarTenis) June 20, 2025
Alcaraz pasa por encima de Rinderknech y espera rival en las semis del ATP 500 de Queen's. (7-5 / 6-4)#LaPistaDelTenis @carlosalcaraz pic.twitter.com/3roQnfrd7o
“No me siento invencible. Obviamente, las victorias me dan confianza. Sinceramente, pensaba que hoy me sentiría peor de lo que estoy. Somos tenistas, tenemos que recuperarnos para estar bien al día siguiente. Me estoy moviendo bien, estoy golpeando muy limpio a la pelota… Ahora mismo, mi confianza está muy alta y es algo que siento en la pista. Ojalá pueda extender la racha”, celebró Alcaraz sobre la moqueta del Andy Murray Arena. “Necesitaba hacer un partido mucho más rápido. Arthur tiene un gran servicio y es un jugador complicado en la hierba. Sabía que hoy no habría intercambios tan largos como en el partido anterior. Ayer fue algo más parecido a la arcilla, hoy se pareció más a la hierba”, añadió sobre un Rinderknech que fue de más a menos, al que erosionó a velocidad de crucero. Sin prisa, pero sin pausa.
Encontrar el hueco en el muro francés costó. Rinderknech, de constitución espigada, muy largo tanto por arriba (196 cm) como por los lados, con una envergadura considerable, no permitió bolas de break hasta el 11º juego del partido, cuando cedió su servicio por primera vez en todo el torneo. Hasta entonces, había maniatado al talento de El Palmar a base de primeros, bastantes y muy potentes (221 km/h el que más), aces (12 en total) y una derecha bien armada en parado, que le dio más ganadores que a Alcaraz hasta que llegó el momento de la verdad. El español, agazapado, con destellos puntuales y sin levantar demasiado la voz, subió el ritmo cuando la manga lo pidió, con el libreto de los grandes en la mano. Un descanso activo. Salvó una situación comprometida en el décimo juego (0-30 y 40-40), resopló y mordió en el siguiente turno de servicio francés.
Rinderknech, que no había permitido bolas de break en toda la semana, se aturulló ante lo desconocido. Sacó bien, pero falló consecutivamente en una derecha y en una volea aparentemente sencillas (15-40). Alcaraz lo castigó y luego, con seguridad, cerró ese primer set con una derecha ganadora marca de la casa, que señaló el camino para un segundo parcial más ligero. Los minutos sobre el verde, camino de Wimbledon, son buenos, pero en su justa medida. De aceptar regalos, Carlitos pasó a fabricarse oportunidades. Concretamente, con 2-2 en el marcador, momento en el que tiró de chistera, con un globo capaz de superar a la Torre Eiffel que tenía delante, y de drive, sumando un winner más a un recuento finalmente favorable (24 a 21). Lo siguió agrandando para ponerse a un juego de la victoria, con un torpedo que supuso el 5-3, y la cerró con frescura, con un servicio que, esta vez, sí le convenció (60% de primeros, 92% de puntos ganados con ellos y 8 saques directos). Incansable. Insaciable.
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