Párrizas se queda a las puertas de su segunda semifinal WTA 250
Lucia Bronzetti supera a la española en cuartos de Rabat por 1-6, 6-3 y 7-6. Nuria, acostumbrada a remontar durante el torneo, no culmina en el tie-break.
Hasta aquí. La italiana Lucia Bronzetti, 83ª del mundo, ha puesto punto y final al camino de Nuria Párrizas en Rabat. Un trayecto emocionante, resiliente y que, seguramente, merecía más. Como mínimo, terminar de otra forma. 6-1, 3-6 y 7-6(5) con un ace como clausura de un duelo titánico, de los que cansan hasta a los espectadores. Un último punto fugaz, rápido, que contrasta con la resistencia mostrada por la granadina en tierras marroquíes, donde, a base de pundonor, se había quedado como única representante española tras la eliminación en octavos de Garbiñe Muguruza. Se ha escapado una oportunidad, pero el torneo debe servir como refuerzo para la luchadora de 30 años, que tiene delante su debut en el cuadro principal de Roland Garros, su tercera participación en la fase final de un Grand Slam, al que llegará como 45º del ranking, igualando su mejor posición de siempre.
Sin ir más lejos, la jugadora española se ha quedado a las puertas de su segunda semifinal en un torneo WTA 250. Y la primera la disputó esta misma temporada, hace poco más de dos meses, después de vencer a su compatriota Sara Sorribes en los cuartos de final de Monterrey. Un encuentro de más de tres horas y que volvía a ensalzar el gran estado de salud del tenis español. Un partido, pese al final, de guion similar al vivido frente a Bronzetti, con 2h:43 de juego. En los enfrentamientos directos entre ambas tenistas, la igualdad era máxima; en Rabat, también. Se habían medido cuatro veces, con dos victorias para cada jugadora y cada una de ellas en una superficie distinta. En el recuento general y sobre tierra, la ventaja ya es para una Lucia que, después de un imponente primer set, temió por ser la siguiente víctima de una Párrizas acostumbrada a las remontadas.
Ilusión hacia Roland Garros
En su debut, ante la canadiense Carol Zhao, la granadina empezó su ejercicio de contención. Controló la situación para no venirse abajo después de ceder con claridad el segundo set y, en el tercero, resurgió. En octavos, ante Kristina Mladenovic, misma convicción para remontar el partido después de caer en el primer parcial, en el que no pudo superar ninguna de las tres bolas de rotura planteadas por la francesa y, a partir de ahí, seguridad al servicio y amenaza constante al resto. En cuartos, la fortaleza mental después de salvar 6/8 bolas de break en el tercer set no ha tenido premio. Tampoco los 37 ganadores totales de la jugadora española, pecadora en los errores no forzados (52 por 26). Algo a pulir de cara a un reto ilusionante, para el que Párrizas, visto lo visto, promete guerra.