Rafa Nadal tenía previsto volar este lunes con destino a Manacor, vía Doha y Barcelona pero problemas técnicos han impedido que el avión haya podido despegar de Melbourne antes de la medianoche del martes en Australia. Antes del retraso del avión, Nadal llegó al aeropuerto con apenas una hora de sueño después de su épico partido de cinco horas y 23 minutos ante Medvedev en la final del Open de Australia. El encuentro acabó pasadas la una de la madrugada y entre la ceremonia de entrega de trofeos y la atención de los medios de comunicación, al balear le dieron las 4:30 en Melbourne Park.

Después el jugador y su equipo llegaron al hotel sobre las 5:00 y no hubo tiempo para celebraciones porque al día siguiente (por hoy) el campeón tenía la sesión fotográfica con el trofeo y más atención a prensa y algún compromiso publicitario después de comer más tarde de las 16:00 hora local.

"No tengo ningún plan, la verdad, más que volver a casar e intentar recuperarme trabajando un poco", explica Nadal. "Después de la de la paliza corporal que llevo, la mejor forma de recuperarse es trabajar. Será de una manera suave, pero la recuperación activa es mucho más sana que la inactiva. Tengo que cuidar el cuerpo para para poder tomar las decisiones adecuadas", señala Rafa, que antes hará seguro alguna celebración con toda la familia.