El grueso de circuito mundial de tenis inicia este domingo su traslado a Australia, donde arrancará la temporada 2022 con un protocolo COVID más amable y flexible que el de 2021. La organización de la gira oceánica fletará 20 vuelos chárter desde Buenos Aires, Santiago, Los Ángeles, Dubai, Abu Dabi y Tokio en los que viajarán los jugadores y jugadoras que tienen previsto participar en alguno de los cinco torneos ATP y otros tantos WTA en Adelaida, Sídney y Melbourne, que comenzarán el 1 de enero antes del primer Grand Slam del año (17 al 30). El resto, puede acudir en vuelos regulares.

La gran duda es qué harán Djokovic y Nadal, afectados de manera diferente por la pandemia. En el caso del serbio, por su recelo sobre la vacunación y en el del español, porque está aislado al haber contraído la enfermedad en la exhibición en la que participó la semana pasada en Abu Dabi. Djokovic podría intentar acogerse a una de las exenciones médicas permitidas como alternativa a las vacunas, que incluyen enfermedades cardíacas inflamatorias (miocarditis, pericarditis...), agudas o de insuficiencia, fiebre reumática aguda, afecciones médicas graves, infección confirmada por PCR o cualquier evento adverso atribuido a una administración anterior, así como el riesgo para personas con trastornos del desarrollo o de la salud mental.

Las solicitudes de exención serán primero revisadas por un panel gubernamental compuesto por médicos de los campos de la inmunología, enfermedades infecciosas y práctica general. Después pasarán el juicio de otro grupo independiente de expertos. Y se respetará la privacidad de los solicitantes. El caso es que sólo los que cumplan con alguno de estos requisitos o estén vacunados podrán participar en la gira.

Libertad de movimientos

Al margen del papeleo y de los test PCR necesarios para la entrada al país, los tenistas se someterán a otra prueba a su llegada y no abandonarán los hoteles oficiales hasta tener un resultado negativo. Luego podrán quedarse o alojarse en uno de su elección. Los test se repetirán cada 5 o 7 días y los positivos tendrán que pasar 10 días de aislamiento, no así sus contactos si no están contagiados. La mascarilla será obligatoria en todo Melbourne Park y no habrá restricciones de movimiento en las ciudades, aunque se aconseja precaución.