Sorribes da la talla y España logra su primer triunfo en la BJKC

En ausencia de Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, las mejores españolas del ranking mundial que prepararan las WTA Finals, el torneo de Maestras que se disputará la semana que viene en México, Sara Sorribes se erigió en líder de la Selección ante Eslovaquia en la primera jornada de la fase de grupos de las nuevas finales de Billie Jean King Cup, la antigua Copa Federación cuyo desenlace ha cambiado de formato.

En un coqueto recinto anexo al O2 Arena de Praga, y después de que Carla Suárez cayese en el primer duelo de la eliminatoria contra Viktoria Kuzmova (6-2, 3-6 y 6-3), la castellonense de 25 años y 37ª de la clasificación ganó el punto de individuales frente a Anna Karolina Schmiedlova (6-3, 3-6 y 6-2) y acto seguido el decisivo de dobles, junto a la canaria, a Kuzmova y Tereza Mihalikova (4-6, 6-2 y 10-7). El miércoles (17:00, Teledeporte), España se jugará el pase a semifinales ante la poderosa Estados Unidos de Collins, Rogers y Stephens.

La de este lunes fue una tarde-noche larga y sufrida de estreno en la competición por países para el equipo que capitanea Anabel Medina, que decidió darle protagonismo y galones a Carla en el que será el torneo de su despedida irreversible. O al menos eso asegura ella (“No va a haber marcha atrás”, dijo en la rueda de prensa previa). A Suárez se le notó la falta de ritmo, ella misma lo reconoció, por una temporada en la que sólo ha jugado seis partidos y ganado uno de ellos, el de los Juegos de Tokio contra Ons Jabeur. “No le leía bien el saque, ni el juego (a Kuzmova). Y le regale muchas bolas, sobre todo en el primer set”, explicó en rueda de prensa. El caso es que parecía haber encontrado la manera de superar a una contrincante muy dependiente de su saque, en un buen segundo parcial, pero en el tercero volvió a titubear en los momentos decisivos.

El sufrimiento de Sorribes

Tras ella salió a la pista Sorribes y se puso de nuevo la capa de Superheroína, como hizo el año pasado en la eliminatoria de clasificación contra Japón, cuando ganó a la entonces número uno Naomi Osaka. Con su tenis cimentado en fantásticas defensas, saque-red (es muy buena voleando), agilidad y un revés cortado tan a menudo preciso como precioso, Sara consiguió dominar un partido que tuvo muchas alternativas y, por lo tanto, muchos quiebres. La victoria se la dedicó a Carla, señalándola tras darse un buen golpe en el pecho, a la altura del corazón. “Estoy muy feliz por haber ganado para mí país, que me encanta”, afirmó en la pista.

Después se vació en el dobles, pese a que había estado casi tres horas corriendo antes, para aliviar la carga de juego descaradamente dirigida por las eslovacas hacia su compañera. Sorribes dio la talla y la cara por Carla y por España.

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